La secuestradora del bebé gitano fingió un embarazo meses antes, tras nacerle un niño muerto
Carmen Guerrero, cordobesa de 43 años, casada y madre de dos hijas, que anteayer fue detenida y puesta a disposición judicial como presunta secuestradora de un bebé de raza gitana, fingió un embarazo durante los meses anteriores al secuestro, lo que desmiente su primera versión de que el secuestro se debió a un impulso repentino. Según algunos testimonios, Carmen Guerrero tuvo hace dos años un hijo varón, pero el niño falleció en el momento de nacer.
Diversos vecinos de Carmen Guerrero han comentado a este periódico su extrañeza por la conducta de ésta de apropiarse del bebé sevillano recuperado anteayer en Córdoba. Al parecer, Carmen Guerrero mantenía muy buenas relaciones con sus vecinos, particularmente con su peluquera -que vive justo debajo de su piso, en la calle López Amo, 7, barriada de Valdeolleros-, desde que, hace algo menos de un año, la familia alquiló la vivienda que hoy ocupa.Poco tiempo después de estar allí, Carmen comenzó a decir que estaba embarazada, mostrando incluso "una cierta palidez y hasta ojeras". Otros vecinos afirman haberla visto tendiendo ropa de niño pequeño en su terraza, durante el periodo del supuesto embarazo. La ropa -un tanto amarillenta incluso según testigos oculares- la guardaba Carmen, al parecer, de un hijo que le nació muerto hace un par de años.
Las personas consultadas coinciden en su sorpresa por el suceso, dado el buen carácter y el talante educado de todos los miembros de la familia compuesta por la detenida, su esposo, Indalecio Fernández -casi siempre ausente, puesto que trabajaba en Alicante-, sus dos hijas Olga y Manoli, de 20 y 17 años, y un hermano soltero de la mujer, que vivía con ellos.
De dar a luz
La simpatía general por Carmen aumentó cuando hace unos días dijo que regresaba de la ciudad sanitaria Reina Sofía, y que allí el médico le había extendido un documento declinando responsabilidades, porque ella había decidido abandonar el centro hospitalario sólo dos horas después del parto, según las explicaciones que ella misma daba a sus vecinos.La semana pasada, feria local en Córdoba, Carmen marchó con el niño a Alicante, donde se encontraba su marido. En general se coincide en el buen trato que daba al pequeño y en la alegría reinante en el hogar por la presencia del nuevo hermanito. Sólo cuando alguien le hacía algún comentario sobre el color tan moreno de su piel Carmen parecía no seguir hablando del tema, o bien afirmaba bruscamente que cada día el niño iba aclarando el tono de su piel.
Algún vecino ha apuntado ciertas desavenencias en el matrimonio, contraído en segundas nupcias y con una diferencia de alrededor de 10 años entre el marido, que es más joven, y la mujer. El domicilio se encontraba ayer vacío, por lo que ninguno de los familiares directos de Carmen Guerrero ha podido ser localizado por los informadores.
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