Tiempo de paz
A propósito de una información de Inmaculada de la Fuente sobre la última coordinadora pacifista -qué no desmiente-, José Antonio Tapia, de la comisión anti-OTAN, toca un tema conocido en tre los profesionales del medio: los derechos civiles del periodista. Tapia coincide con quienes sostienen que la colaboración con cualquier organización cívica incapacita a un redactor para ajercer rigurosamente su profesión. Para estos pro fesionales, no sólo debería estar prohibido tener un carné de partido, sino cualquier participación en entidades ciudadanas, o simple mente en actividades organizadas por éstas, ya que siempre habría alguien que podría mostrar cuáles son sus fuentes. ¿Ha reparado Tapia a dónde le conduce su mala fe? ¿Sabe con quién está de acuerdo en esa línea?, Pero, en este caso, sucede que Inmaculada de la Fuente sería la primera confundida. Porque cuando se la invitó a participar en Tiempo de Paz, junto con otros colegas interesados en el tema (R. Cid Cañaveral, C. Alonso de los Ríos, Felipe Sahagún, Fernando Jáuregui), o intelectuales (Javier Sádaba, José Luis L. Aranguren, Fernando Savater, Carlos A. Zaldívar, Francisco Alburquerque), u otros profesionales (Paquita Sauquillo, Manuel Pérez Ledesma, José María Mohedano), la oferta consistía en hacer una publicación especializada, sin ningún tipo de adscripción, donde participaran personas ligadas al tema, independientemente de su relación con distintas organizaciones. He de decirle a Tapia que, sin necesidad de ocultar a nadie mi pertenencia a un movimiento pacifista (MPDL), esas son las condiciones con que esas personas colaboran y yo coordino la publicación. En el fondo, todo me parece una cuestión de estilo. Se supone que los pacifistas han de tener un aire alternativo, pero aquí 40 años de oscurantismo no han pasado en balde. / director de Tiempo de Paz.
