Activa participación española en el estudio de la OTAN para relanzar el diálogo Este-Oeste
España tiene intención de suscribir, el próximo 31 de mayo, en la capital de Estados Unidos, la declaración de Washington, el primer documento de gran envergadura emanado de la OTAN en el que estamparía su firma el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán. La declaración llevará por título: Hacia una relación más constructiva de las relaciones Este- Oeste. Fuentes atlánticas calificaron ayer de "activa e inteligente" la contribución española al estudio que, a lo largo de casi cinco meses, ha realizado la OTAN sobre las relaciones Este-0este, y que será la base de la declaración que se apruebe en la reunión de primavera del Consejo Atlántico.España ha insistido en que en las conclusiones finales del estudio se mencione la no conveniencia de transferir la dimensión Este-Oeste a todos los conflictos regionales, y muy en especial al centroamericano, informa Andrés Ortega desde Bruselas. De hecho, España parece haberse convertido en "el portaestandarte de los problemas del Tercer Mundo en la OTAN", según una fuente atlántica.
El estudio, concluido ayer, comenzó tras la reunión del Consejo Atlántico de diciembre de 1983. Se trata de una puesta al día de la doctrina Harmel, que en 1967 preconizó la doble política de la OTAN de defensa frente a y diálogo con el Este. El estudio parte de la euforia de la distensión a finales de los años sesenta y principios de los setenta, para llegar al actual deterioro de las relaciones Este-Oeste, resultado de cierta agresividad soviética. Y preconiza para el futuro un diálogo "constructivo y realista" con el Este.
Las conclusiones son un equilibrio entre tendencias conservadores y reformistas en la OTAN.
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España aboga para que la tensión Este-Oeste no se traslade a otros conflictos
Viene de la primera páginaEspaña, según fuentes diplomáticas, ha participado en este ejercicio político desde el comienzo. Cuando se debatió el primer borrador, España, como otros ocho países, presentó su propia contribución tanto sobre los temas generales -análisis de las actitudes soviéticas, situación actual y remedios para el futuro- como sobre los particulares. España, como hicieron otras naciones, rechazó la primera versión elaborada, en base a las contribuciones particulares, la Secretaría General. España, como aportación más original, insistió en la conveniencia de no trasladar la tensión Este-Oeste a todos los conflictos en el mundo.
En medios atlánticos se realza la insistencia española en los temas del Tercer Mundo y especialmente de América Latina. Así, por iniciativa de Madrid, se han limado asperezas en las referencias a Cuba o a la actuación de la URSS a través de terceros países.
El Consejo Atlántico, máximo órgano político de la OTAN, se reúne dos veces al año a nivel de ministros de Asuntos Exteriores, con participación de los 16 países miembros de la Alianza. En esta ocasión, la reunión tendrá lugar en Washington del 29 al 31 de mayo.
Los ministros de Asuntos Exteriores asistirán a una cena en la Casa Blanca, invitados por el presidente Ronald Reagan.
La firma de la Declaración de Washington coincidirá con el segundo aniversario de la entrada de España en la OTAN (el 30 de mayo de 1982).
Desde la llegada al poder de los socialistas, el Gobierno español ha puesto una reserva formal y global al final de todos los comunicados de la OTAN, ya sea del Consejo Atlántico o del Comité de Planes de Defensa, que reúne a los ministros del ramo (con excepción del francés), mientras prosigue el proceso de examen de la participación española en la OTAN.
En la última reunión del Consejo Atlántico, en diciembre en Bruselas, España firmó con reservas la llamada Declaración de Bruselas, precipitada iniciativa del ministro de Asuntos Exteriores de la RFA, Hans-Dietrich Genscher. En una nota a pie de página, se dejó constancia expresa de que "España, que no es parte de la doble decisión de 1979, reserva su postura sobre este párrafo", a saber, el dedicado a los euromisiles.
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