La bolsa resistió las realizaciones de beneficios
La oferta y la demanda, veleidosas damas donde las haya, se entretuvieron durante toda la pasada tanda bursátil en mantener una serie de escarceos, de los que al final parecía resultar triunfante la primera, a tenor de las discretas pérdidas que registraban los índices generales. El protagonismo a lo largo de las primeras reuniones correspondió a un amplio muestrario de valores de segunda fila, a los que se les hacían pagar las alegrías de la semana anterior. Este proceso realizador alcanzó su punto culminante en las sesiones del jueves, cuando bancos y eléctricas comenzaron a ceder posiciones y sobre Telefónica comenzaba a ceñirse una amenazante nube de vendedores, que a lo mejor tampoco eran tantos, pero sí potentes, que descargaba con ímpetu el viennes, como consecuencia de la publicación de los desequilibrios existentes en el fondo interno de la compañía para la previsión social de sus empleados.No obstante, el proceso realizador perdió buena parte de su combatividad el mismo viernes, ante la sólida firmeza que manifestaba el grupo de valores más selecto del mercado. La realidad es que esta firmeza resultaba también susceptible de ciertas matizaciones, va que mientras en los valores eléciricos se decantaban las posturas enfrentadas entre compradores y vendedores con cierta nitidez y los precios de cierre representados podían ser considerados como los de referencia por los compradores, situándose una nutrida oferta medio punto por encima en la mayor parte de las ocasiones, en el grupo bancario la consolidación die los precios se derivaba, prácticamente en todos los casos, de los mimos que prestaban a estos valores sus respectivos cuidadores.
La conclusión más importante que extraían los especialistas del comportamiento de las bolsas españolas estos últimos días es la resistencia a la baja que ha mostrado el mercado en su conjunto. Los temores que cundieron en las salas de contratación el pasado miércoles, cuando tras las importantes mejoras que las plazas periféricas habían acumulado en esa reunión, al ser festivo en Madrid, la bolsa titubeaba y se iniciaba un claro proceso de realización de beneficios, se disiparon tan pronto como quedó puesto de manifiesto que ninguno de los sujetos agentes del acontecer diario en el mercado mostraba el menor interés por forzar un período bajista, al retirar, inmediatamente después de concluir las reuniones, partes sustanciales de su oferta.
En paralelo se gestabari algunas tomas de posición sobre valores concretos de escasa significación bursátil, pero susceptibles de asumir avances de cierta consideración, especialmente en aquellos casos en los que ofrecían el patronazgo, bastante poco desinteresado, de algún importante grupo financiero.
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