Antonio Rouco, designado arzobispo titular de Santiago de Compostela

Antonio María Rouco Varela, de 47 años de edad, fue oficialmente designado ayer para ocupar el cargo de arzobispo de la diócesis de Santiago de Compostela, que venía desempeñando en funciones desde el nombramiento de su antecesor, Angel Suquía, como arzobispo, de Madrid-Alcalá, en junio de 1983.

La definitiva confirmación de la noticia, anticipada de manera oficiosa días atrás por parte del Vaticano, ha causado decepción en círculos eclesiásticos progresistas de Galicia, que consideran al nuevo arzobispo un muy probable continuador de la política conservadora que a juicia de estas fuentes siguió Angel Suquía durante la década que permaneció al frente de la diócesis.Rouco Varela, especialista en derecho canónico y relaciones Iglesia-Estado, ha seguido una trayectoria inusualmente rápida en el escalafón eclesiástico, jalonada por los nombramientos de vicerrector de la universidad Pontificia de Salamanca, en 1972; obispo auxiliar de Santiago, en 1976, y administrador apostólico de la misma diócesis, en 1983, cargo que ha ocupado hasta su actual designación como arzobispo.

Antonio Rouco, nacido el 20 de agosto de 1936 en Villalba (Lugo), desempeñó también la presidencia de la Junta de Asesores Jurídicos de la Conferencia Episcopal Española, y pertenece, dentro de este organismo, a la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis.

Confianza de Suquía

El nuevo arzobispo está considerado como persona de confianza de su antecesor y actual titular de la diócesis de Madrid-Alcalá, Ángel Suquía, a quien se atribuye un determinante papel de gestor del nombramiento de Rouco. Las buenas relaciones que ambos mantienen con el Opus Dei han favorecido, en opinión de círculos eclesiásticos renovadores, el acceso de Rotico a la silla episcopal de Santiago.Son precisamente estos círculos los únicos que han expresado una abierta contrariedad por el nombramiento de Antonio Rouco, al que no consideran la persona idónea para dinamizar la vida de la Iglesia en la diócesis de Santiago de Compostela.

En esta misma línea, grupos cristianos progresistas recogieron durante las últimas semanas firmas de intelectuales gallegos para una carta abierta dirigida al nuncio apostólico de Madrid.

En la carta abierta se expresaba inquietud por los rumores sobre el nombramiento de Antonio Rotico como arzobispo de Santiago. "Consideraríamos una irresponsabilidad histórica y un agravio a nuestra galleguidad y nuestra fe", se decía en el párrafo final de la carta, "el hecho de que a esta sede compostelana viniese un arzobispo no dispuesto a asumir con convicción el ser gallego, para lo que resulta necesario que también tenga una mentalidad conciliar".