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NAMFREL, vencedor de las elecciones filipinas

ENVIADO ESPECIALHace unos años, con ocasión de unas elecciones presidenciales norteamericanas, el presidente Ferdinand Marcos comentó maravillado al arzobispo de Manila, cardenal Jaime Sin, la rapidez con que se conocían en Estados Unidos los resultados electorales. "Nosotros les llevamos ventaja, presidente: aquí sabemos quién ha ganado incluso antes de ir a votar", le respondió Sin.

Esta anécdota, contada personalmente por el cardenal a la Prensa la semana pasada en Manila, ilustra sobre la tradición electoral filipina. Por eso, el retraso de la comisión electoral en anunciar los resultados de los comicios del pasado lunes es, en cierto modo, una buena noticia. Ahora, aún con los peligros de fraude, existe al menos un interrogante en vez de esa certeza de que le hablaba a Marcos el arzobispo. Pero ha habido más novedades en las elecciones legislativas del 14 de mayo. Varios ministros fueron derrotados en las urnas, y algunos enemigos políticos del presidente, que habían pasado por la cárcel, consiguieron en cambio escaños.

En cambio, Aquilino Pimentel, perseguido y encarcelado durante años, ganó fácilmente su escaño por Cagayán de Oro y se reafirmó así como un posible aspirante a la presidencia de la República en las elecciones de 1987. Del mismo modo, la ex senadora Eva Estrada Kalaw, que también pasó por las cárceles de Marcos, era la candidata más votada en la ciudad de Manila.

Todo esto hubiera sido prácticamente imposible sin la existencia de una organización creada por la Iglesia y la comunidad empresarial: el Movimiento Nacional de Ciudadanos por unas Elecciones Libres (NAMFREL), que ha vigilado, con casi 200.000 voluntarios, el desarrollo de las elecciones y que, mediante la llamada operación cuenta rápida, ha proporcionado a los, filipinos y al mundo los únicos datos indicativos que hasta el momento se tienen de los resultados electorales.

Los voluntarios de NAMFREL sufrieron en muchos casos graves peligros al realizar su trabajo. En algunos sitios se les impidió entrar en los colegios electorales bajo la amenaza de las armas; en otros se les acusó de favorecer a los candidatos de la oposición. El ministro de Educación, Jaime Laya, ha ordenado una investigación sobre la muerte de cinco maestros y las heridas sufridas por otros ocho en la jornada electoral. Maestros y alumnos, muchos de éstos todavía demasiado jóvenes para votar, fórmaron una parte importante de NAMFREL.

Su presidente, el empresario José Concepción, se ha ganado con esta operacion un futuro en la política filipina, y hacía el miércoles un llamamiento para que se respetara la "voluntad del pueblo", Cory Aquino, la viada del asesinado líder de la oposición, maniféstó ayer que "las pistolas, el dinero y el aparato político de Marcos no han servido para nada", porque el pueblo "ha desafiado a la dictadura y votado por el retorno de la democracia". Pero la señora Aquino y los demás líderes de la oposición han subrayado el papel decisivo desempeñado por NAMFREL en la vigilancia de los comicios. El árbitro es hasta ahora el auténtico vencedor de las elecciones filipinas.

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