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De la Madrid rebate ante el Congreso de EE UU la política de Reagan en Centroamérica

Miguel de la Madrid, presidente de México, rebatió ayer uno por unos y ante el pleno del Congreso de Estados Unidos, todos los argumentos Intervencionistas de la Administración Reagan en Centroamérica. De la Madrid marcó ante los congresistas norteamericanos las sustanciales diferencias que existen entre EE UU y México a la hora de plantear soluciones hacia Centroamérica.

"Sólo hay acuerdo en identificar los puntos de desacuerdo", comentó un alto funcionario de la Administración norteamericana, que venía a resumir con estas palabras el tenso ambiente de la visita del líder mexicano a EE UU.De la Madrid planteó ante el Congreso de EE UU críticas muy claras al rechazo norteamericano del fallo del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya que pedía el cese de todas las actividades de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) contra el régimen sandinista de Nicaragua. El estadista mexicano insistió en que el litigio centroamericano no puede resumirse en un marco de confrontación Este-Oeste y aludió a la responsabilidad de los países industrializados, como es el caso de EE UU, que con altos tipos de interés y fuertes déficit públicos contribuyen al empobrecimiento de las naciones de Latinoamérica y dificultan el reembolso de la deuda exterior.

Buscar soluciones

Si en el conflicto centroamericano "excluimos el derecho", dijo De la Madrid, "sólo nos queda la anarquía y el imperio arbitrario de quien puede imponer su voluntad". El espíritu del grupo de Contadora debe prevalecer a la hora de buscar soluciones negociadas a los conflictos, manifestó De la Madrid ante los congresistas.El presidente de México pidió que en América Central la política y la diplomacia conduzcan a acuerdos "para proscribir la instalación de bases extranjeras; reducir, y a la postre eliminar, la presencia de asesores militares foráneos; establecer mecanismos que impidan el tráfico de armas; evitar la acción de grupos desestabilizadores, así como disminuir el armamentismo en la región". De la Madrid concluyó expresando "la convicción de que el conflicto centroamericano obedece a las carencias económicas".

El firme lenguaje del presidente de México, en la línea de oposición a la política de Ronald Reagan, contribuyó a profundizar la división que existe en el Congreso entre defensores de una mayor contribución militar de EE UU en Centroamérica y quienes temen que la estrategia de Reagan conduzca hacia un nuevo Vietnam.

De la Madrid sostuvo dos reuniones de trabajo con el presidente Reagan, una reunión con el comité de Relaciones Exteriores del Senado y una entrevista con el secretario de Estado, George Shultz, en su visita oficial de cuatro días.

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