Ocupadas dos nuevas factorías de Citroën por la supresión de 6.000 empleos
Varios millares de trabajadores, secundando la convocatoria realizada por la central sindical CGT, próxima al Partido Comunista Francés, ocuparon ayer dos nuevas factorías de la compañía Citroën, situadas en Levallois y Nanterre, en los alrededores de París. Estos incidentes se producen una semana después de que 2.000 trabajadores llevaran a cabo la ocupación de la factoría que esta compañía posee en Aulnay, en la zona Este de la capital francesa.Las acciones han sido secundadas mayoritariamente por trabajadores inmigrados que pretenden con su protesta evitar la supresión de aproximadamente 6.000 empleos previstos en el conjunto de las fábricas de Citroën, en las que trabajan unos 45.000 trabajadores.
La factoría de Aulnay sería la más afectada por estás medidas, ya que está previsto recortar la actual plantilla en 1.300 de los 6.500 trabajadores que actualmente prestan sus servicios allí.
Ataque al Gobierno
Esta decisión adoptada por la dirección de Citroën, entidad que forma parte del grupo Peugeot-Talbot-Citroën, el mayor constructor privado de automóviles del país, ha provocado un endurecimiento de la polémica que actualmente enfrenta conjuntamente a la CGT y al Partido Comunista Francés a la política de reestructuración industrial decidida por el Gobierno.
Además, la situación parece que puede endurecerse aún más, tras la decisión adoptada ayer por la central CFDT, cercana a los postulados del partido socialista, de sumarse a estas acciones. Este sindicato insistió en un comunicado en la necesidad de reducir la jornada laboral a 35 horas, que es una reivindicación específica del mismo.
CGT ratificó ayer que para desbloquear la situación actual es necesario abrir negociaciones tripartitas entre el Gobierno, la dirección de la empresa y las organizaciones sindicales, y suprimir los despidos previstos en la compañía.
Este nuevo conflicto, que algunos han calificado como un ataque directo a la línea de flotación del Gabinete Mauroy, se produce tan sólo cinco meses después de las huelgas que paralizaron la empresa Talbot, convocadas asimismo por el sindicato CGT, y en las que participaron mayoritariamente trabajadores inmigrados, en protesta por la reducción de plantillas prevista. De cómo se solucione el conflicto en Citroën dependerá, en buena medida, la futura estrategia sindical de CGT y política del PCF, según los observadores.
El pasado mes de diciembre, un conflicto similar había provocado huelgas e incidentes diversos en la factoría que Talbot posee en Poissy, también en los alrededores de París. En esa ocasión, los huelguistas, la mayoría trabajadores inmigrados, habían criticado la actitud conciliadora de la CGT, que se había mostrado conforme con una reducción de 3.000 trabajadores, en vez de los 2.000 finalmente pactados.
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