La abogada del violador
La crítica de Lidia Falcón a su colega Milá me ha indignado, pese a conocer los sentimientos de la mujer hacia la figura del violador. Que Lidia Falcón, quien al parecer se dedica al ejercicio de la profesión sin ánimo de lucro ni afán de notoriedad, es la primera defensora del principio democrático al derecho a ser defendido se deduce fácilmente al leer su carta, por lo que no era necesario que haciendo gala de modestia nos lo comunicase de forma tan directa. Pero conminar a Ana Milá, a quien por cierto no conozco, a renunciar a la defensa so pena de repudiar su conducta y arrastrar toda su vida la maldición de ser considerada "la defensora del violador", es el colmo de la pedantería. Creo que el colegio debería tomar cartas en el asunto para evitar declaraciones histéricas que perjudiquen la imagen del profesional del derecho. ¿O es que Lidia Falcón pretende también sexualizar la justicia?/
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