_
_
_
_
La Francia socialista cumple tres años

François Mitterrand se reafirma en su papel de presidente de todos los franceses

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

"Si la unión de la izquierda se autodestruye, lo deploraré, pero no puedo hacer nada", declaró ayer el presidente François Mitterrand, en la amplísima e importante entrevista al diario Liberation.Para conmemorar el tercer cumpleaños del socialismo a la francesa, Mitterrand les ajusta las cuentas a todos los que, de derechas o de izquierdas, pretenden desviarle de lo que considera que es su papel esencial: ser presidente de todos los franceses y no de una mayoría.

"Al Gobierno y a mí nos hace falta inventar una práctica, sin olvidar en ningún momento que mi deber consiste también en servir a los franceses que no comparten mis convicciones". Solemnemente, con estas palabras, Mitterrand ha enterrado los privilegios de los que él mismo consideraba como "el pueblo de izquierdas".

Más información
Michel Jobert: "El Gobierno frances sabe que se lo juega todo en el terreno de la gestion económica del país"

A todos los que en su mayoría gobernante, comunistas y una parte de los socialistas, le reprochan acerbamente, un día y otro, su gestión económica de derechas, Mitterrand les responde: "La sociedad de economía mixta es la sociedad francesa tal como se perfila, con la cohabitación de dos sectores poderosos (público y privado), independientes el uno del otro, complementarios".

Ante los comunistas, que participan en la mayoría gubernamental y que practican sistemáticamente el ataque y la crítica de la acción del Gobierno, el presidente se define sin ambages: "Si la unión de la izquierda se autodestruye, lo deploraré, pero no puedo hacer nada. Pero que no se dude ni un solo instante que el país no dejará de ser gobernado", afirma Mitterrand. "Con una mayoría, o con otra, yo gobernaré".

A las maltratadas nociones de derecha y de izquierda, y a todos sus sucedáneos, Mitterrand las pone en su sitio a su manera: "Existe la derecha que desea, sin conseguirlo, ganar mucho para Francia, pero sin distribuir. Y existe la izquierda que no piensa más que en distribuir sin preocuparse de producir. Y existe la izquierda, a la que yo pertenezco, que quiere producir para distribuir". "La flexibilidad social y la modernización económica son las dos claves de la salida de la crisis", "Ia verdad es que la política socialista se hace a medida que se avanza y se rechaza la teología del milagro".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Ésta y otras afirmaciones las expone Mitterrand para concluir que no depende de nadie, de ningún partido, y que "el jefe del Estado no puede depender más que de la idea que él tiene del interés público y del sufragio del pueblo que le ha elegido". Oposición y mayoría gobernante estudian estas declaraciones como el breviario esencial de lo que hay que llamar mitterranismo y no socialismo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_