Te vemos
Parece que en las sex-shops suecas se han puesto de moda los voyeurismos sádico-masocas, las películas de chicas en cueros vivos-cueros negros. Látigos, palizas, pinchos, violaciones y demás consabidas menudencias. Una pornografía dura que, por lo que se ve era poco habitual en la brumosa Suecia, pero que es muy conocida en los países mediterráneos, en donde vivimos un sexo más espeso y casposo.Y resulta que, a consecuencias de esto, acaba de surgir en Suecia un grupo feminista que, aprovechando este orweIliano año de gracia de 1984, se ha autodenominado La Gran Hermana. Dichas feministas, que son unas leídas, amén de unas cachondas, se han puesto al acecho de los clientes de las sex-shops, y cada vez que ven entrar a un incauto de gesto vergonzante y rijo clandestino, zas, le retratan. Después imprimen carteles con la foto y empapelan con ellos la ciudad. Y debajo de la efigie boquiabierta y asustadiza del varón, el eslogan: "Te vemos. ¿Disfrutas cuando las mujeres son violadas, golpeadas y asesinadas?".
No creo yo que las feminiltas suecas consigan acabar así con las fantasías de sadismo y de violencia, demonios profundos del enfermizo sexo que todos vivimos. Pero la treta sirve para resquebrajar un poco la hipocresía social. Para que el honesto padre de familia, que aplaude la detención de un violador, se contemple a sí mismo transido de gustirrinín ante un vídeo en el que una mujer es, azotada, arrastrada y concienzudamente cepillada por un bruto.
Tan sano me parece este ejercicio, esta asunción del yo oscuro, este sacar a la supórficio lo que la sociedad sabe pero oculta, que pienso que la campaña de La Gran Hermana podría aplicarse, también en otros campos. Forrar Madrid con fotos de decentísimos capitostes de AP saliendo de un prostíbulo. O de una digna dama de los comités antiabortistas acompañando a su hija a esa clínica de lujo que hace abortos. O de algún alto cargo socialista obsequiando a su chófer con una bronca injusta y desdeñosa. Te vemos.
Quién pudiera ser Gran Hermana para poder ver y hacer ver aquello que todos conocen pero callan.
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