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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Cuántos somos, qué hacemos

Leo con avidez en EL PAÍS del 25 de mayo de 1984 el plan que prepara el Gobierno para controlar "cuántos son y qué hacen los funcionarios" y el "ímprobo esfuerzo" del ministro de la Presidencia, señor Moscoso, para tal fin.Soy médico desde hace cuatro años, de ellos dos como médico rural (funcionario civil del Estado al servicio de la sanidad local). Sirva, por ello, mi carta para esclarecer a los profanos y recordar a los responsables de los Ministerios de la Presidencia y de Sanidad dos puntos: primero, cuántos somos, y segundo, qué hacemos (mejor dicho, parte de lo que hacemos, pues sería muy largo de contar).

Respecto a la primera pregunta: somos 8.038 médicos rurales.

Respecto a la segunda pregunta, citaremos sólo algunas cosas:

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- Constituimos aproximadamente el 50% de los médicos de asistencia primaria y prestamos dicha asistencia a 10.244.544 habitantes, aproximadamente, que viven en el medio rural (más los desplazados transitoriamente). En esta asistencia primaria se incluyen, además de los servicios de medicina general, los de pediatría, tocología, urgencias, y en muchos casos los de ATS, por carecerse de él; y ello sin perjuicio de las obligaciones como jefe local de sanidad, entre las cuales están la de inspección de establecimientos públicos, vacunacíones, reconocimientos escolares, control de enfermedades transmisibles, etcétera.

- Tenemos una jornada laboral que en ningún país civilizado se puede entender (considerando que para ello, afortunadamente, Abraham Lincoln abolió la esclavitud y se firmó internacionalmente una carta de derechos humanos). La jornada dura 24 horas al día durante 11 meses al año.

- Tenemos, ¡eso sí!, un derecho constitucional de un derecho inalienable al descanso; lo que pasa es que ese descanso es incompatible con cualquier requerimiento asistencial o de otro tipo por parte de la población a nuestro cargo, pues si en la hora de descanso estabas con tu hijo dando un paseo en bici y alguien te llama por un dolor de muelas, ¡Se acabó el descanso! Y no digamos si estás en la cama durmiendo o echando un polvo, y el timbre del teléfono suena insistentemente: ¡se acabó el descanso! Desde luego que tanto descanso hasta cansa. Los turnos de guardia entre médicos de pueblos cercanos permiten descansar un fin de semana, a condición de que el siguiente trabajes doble. ¿A qué colectivo de trabajadores se exige eso? Sin contar con que en los desplazamientos asistenciales a la población dispersa en pequeños caseríos, distantes muchas veces hasta 30 y más kilómetros, el coche y la gasolina la pones de tu bolsillo, sin recibir nada a cambio por ese concepto; y, además, no te quejes, pues ¡para eso vas a descansar!

- Por si a alguno se le olvida la observancia del horario laboral, tenemos un Estatuto Jurídico del Personal Médico al Servicio de la Seguridad Social que así lo establece en su artículo 27.4.

- Además, señores ministros, en lo referente al salario (estoy seguro de que el señor Boyer, con su astucia característica, ya hace siglos que, lo sabe), estamos cobrando un sueldo del Ministerio de Sanidad más otro del Insalud -¡incompatiblemente incomprensible!-, más la vieja historia de las igualas -¡vergonzante!-. Salario que en sus múltiples capítulos no llega en muchísimos casos a las 125.000 pesetas. ¡Dejémonos ya de tantos sueldos y asignen ustedes uno solo y digno! (sin llegar a tanta d ignidad como el doctor Rivera pretendía, con 400.000 pesetas. al mes). /

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