Una pareja de novios, herida de bala en Granada por un guardia civil de paisano
Los jóvenes novios Antonia Ibáñez y Víctor Jesús León se encontraban anoche internados en el Hospital Clínico de Granada recuperándose de las heridas producidas por disparos efectuados por un guardia civil de paisano, Gabriel Vargas, en la madrugada del sábado al domingo. Los hechos se produjeron en las inmediaciones del pantano del Cubillas, a unos 15 kilómetros de Granada, después de que ardieran varios coches en un restaurante próximo, por causas hasta ahora desconocidas. Los dos jóvenes fueron intervenidos quirúrgicamente y se recuperan satisfactoriamente de las heridas. recibidas.
Según la versión de los hechos facilitada por uno de los hijos del propietario del restaurante, el local estaba ya cerrado al público y hacia las dos de la mañana él se encontraba viendo una película de vídeo en el interior junto a otros dos hermanos, cuando oyeron el ruido de una moto. Al asomarse por la ventana, pudieron ver a dos personas que pasaban en la moto hacia la orilla del lago."Poco después", continúa "salimos al oír ruido y pudimos ver que ardían dos coches y una furgoneta. Entonces despertamos a toda la familia, intentando apagarlo, y pedimos ayuda en la urbanización".
Acudieron unas 20 personas al lugar del siniestro para apagar el fuego, entre ellas el guardia civil Gabriel Vargas Romero, que se encontraba pasando unas vacaciones en casa de su padre, un guarda forestal, cercana al lugar.
"Una vez extinguido el fuego", continúa el hijo del propietario, "vimos a dos jóvenes que huían en una moto. Intentamos detenerles, pero no pudimos. También lo hizo el guardia civil, que se encontraba cerca de la carretera. En vista de que no se detuvieron, realizó varios disparos al aire, para que se viera que iba armado, y después disparó a las ruedas, con la mala fortuna de que les alcanzó a ellos".
El guardia civil Gabriel Vargas, que terminaba el domingo sus vacaciones y se encuentra todavía en Granada, no ha querido hacer declaraciones al respecto "hasta que no tenga permiso de mis superiores". Por su parte, el Gobierno Civil no ha hecho aún pública ninguna versión y la comandancia de la Guardia Civil no ha querido facilitar información al respecto.
La versión de los hechos dada por el propietario del restaurante y difundida ayer por un periódico local contrasta con la de los jóvenes heridos. Según Víctor León y su novia, Antonia Ibáñez, de 20 y 19 años de edad respectivamente, ellos habían salido a dar un paseo por los alrededores del pantano hacia las dos de la madrugada después de salir de una discoteca, y aprovechando la bonanza de la noche. Al poco de estar allí, cuentan, oyeron ruidos y voces. "Nos asustamos mucho porque creíamos que se trataba de una pelea. Oímos detonaciones (que luego supimos que eran de las ruedas de los coches al reventar) y vimos las llamas. Estábamos muy asustados. Nos tiramos al suelo, hasta que todo pasara y buscamos salir de allí sin que nadie nos viera".
"Una vez en la moto, una Ossa de 250 centímetros cúbicos, cuando creíamos que todo estaba en calma, salimos y vimos que algunos hombres nos perseguían. Yo llevaba el casco puesto y no pude oír nada, sólo a Antonia que me decía 'corre, corre'. Antonia, que no llevaba casco, oyó que alguien les decía 'alto' pero no paramos porque creíamos que era mala gente y que querían quitarnos la moto o algo así".
Los heridos, al parecer por la misma bala, y sangrando, llegaron a las inmediaciones de una gasolinera situada a 16 kilómetros del pantano, donde pidieron socorro a una patrulla de la Guardia Civil, que les llevó al Hospital Clínico, donde se les apreció a Antonia "herida por arma de fuego con orificio de entrada en el labio mayor de su sexo y orificio de salida en el glúteo derecho". Y a Antonio "herida en la región glútea con localización, superficial de la bala".
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