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Reportaje:Elecciones directas en Panamá tras 16 años de régimen militar / 1

'Nicky' Ardito Barletta, torrijismo sin Torrijos

Antonio Caño

El próximo domingo, los panameños elegirán, por primera vez después de 16 años de régimen militar, un presidente de la República por sufragio directo. El proceso iniciado en octubre de 1968 por el general Omar Torrijos Herrera al derrocar el Gobierno constitucional del nuevamente candidato a la presidencia Arnulfo Arias Madrid, culminará el próximo mes de octubre con la entrega del poder al vencedor de los comicios.

A diferencia de otros países latinoamericanos, durante su permanencia en el poder, los militares panameños han creado bases sólidas de un partido político, el Partido Revolucionario Democrático (PRD), que recoge la fluida ideología del general Torrijos y la influencia de la poderosa Guardia Nacional panameña. El candidato de este partido en las elecciones del domingo y principal aspirante a la presidencia es el economista Nicolás (Nicky) Ardito Barletta.Nicky Ardito Barletta es el producto de una difícil negociación entre el PRD y la Guardia Nacional. Su nombre fue decidido en una reunión celebrada en el cuartel de Tinajitas. Barletta, de 45 años de edad, tuvo que apresurarse a abandonar su cargo de vicepresidente del Banco Mundial y afiliarse al PRID antes del pasado mes de febrero, cuando el congreso del partido le ratificó por aclamación como candidato a la presidencia.

Ardito Barletta cambió el traje por la guayabera y la gorra de béisbol, y se dedicó a presentarse al país en mítines y actos públicos, forzando discursos polulistas que difílcilmente encajan con su talante sereno y moderado.

Nicky se niega a considerarse el candidato de los cuarteles, y asegura que "voy a ser el presidente de todos los panameños y voy a cumplir con las leyes". "Desde luego, no voy a buscar enfrentamientos estériles con las fuerzas armadas, pero defenderé la preeminencia de los civiles sobre los militares. Las fuerzas de defensa son parte de la estructura del Estado panameño, y van a seguir siéndolo", comenta en una charla con periodistas extranjeros.

Cree que su caso es distinto al de los dos presidentes forzados a dimitir en los dos últimos años por presión de la Guardia Nacional, Arístides Royo y Ricardo de la Espriella, porque "ahora yo seré elegido por una elección directa". "Repito que ha terminado la participación de los militares en el Gobierno".

Escuela de Chicago

La infraestructura de la Guardia Nacional ha sido puesta al servicio de los candidatos del PRD, que cuentan a su favor con el clima creado en el país en el sentido de que un triunfo del candidato opositor, el anciano Arnulfo Arias, supondría el estallido de la violencia y un golpe de Estado inmediato.

Ardito Barletta, un alumno de la escuela de Chicago, un tecnócrata, un economista de prestigio internacional, pero falto de carisma, al que sus detractores acusan de ser el hombre de Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional, representa el nuevo rumbo del torrijismo sin Torrijos. Promete un mayor respaldo a la empresa privada, austeridad en la administración de las finanzas públicas y una política económica para la recuperación del país, paraíso de la banca extranjera, pero muy poco desarrollado industrial. y agrícolamente y atenazado ahora por una deuda externa de 5.000 millones de dólares y un índice de desempleo de cerca del 17%.

Barletta fue vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe desde 1978 hasta 1984, gobernador por Panamá del Banco. Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el FMI. Ocupó durante cinco años, hasta 1978, el cargo de ministro de Planificación y Política Económica y participó como negociador de los aspectos económicos en los tratados Torrijos-Carter. Ha orientado su campaña en tomo a la idea de "una Administración pública responsable, eficiente y honesta".

Su política exterior, también en la línea más abiertamente pronorteamericana del postorrijismo, pretende "la paz, en cabal reconocimiento de nuestra realidad geográfica". Asegura que las bases norteamericanas en Panamá "están cumpliendo" el objetivo encomendado en los tratados Torrijos-Carter, que es "la defensa del canal de Panamá". En este sentido, el sobrevuelo de otros países centroamericanos por aparatos de Estados Unidos con base en Panamá, denunciado reiteradamente en los últimos meses, "puede ser útil para la defensa del canal", considera Barletta.

Admite que un ataque contra Nicaragua desde las bases norteamericanas en Panamá "no sería una defensa adecuada del canal". El candidato presidencial oficialista no cree en una solución militar para Centroamérica.

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