La admirable Joven Orquesta de Holanda
Bien está descentralizar el centro. La Dirección General de Cultura de la Comunidad de Madrid ha organizado una gira de conciertos para la Joven Orquesta de Holanda, que ha comprendido actuaciones en Alcalá (día 23), Getafe (día 25) Madrid, Leganés (día 27) y Torrejón (día 28). Excelente iniciativa que trae como primera y útil consecuencia la incorporación de oídos nuevos al goce de la música, incluso a la sesión de referencia en el teatro Real.Esta positiva renovación y ampliación de la audiencia musical estimo que debería cuidarse un poco más en detalles como la presentación del programa de mano, carente de cualquier comentario orientativo, sobre la música interpretada e incluso de la especificación de los movimientos que integran cada obra.
Joven Orquesta de Holanda
Dumbarton Oaks (Stravinsky), Suite Hary Janos (Kodaly) y Sinfonía número 2 (Sibelius). Director. Adam Gatehouse.Teatro Real, 26 de abril de 1984.
La Joven Orquesta de Holanda, fundada en 1957 por las Juventudes Musicales de aquel país, es una formación que, lógicamente, se renueva constantemente y que está constituida por jóvenes de 16 a 26 años, que forjan aquí sus primeras armas interpretativas en un clima de trabajo tan serio como ha quedado demostrado en este concierto. Diríamos que no sólo es admirable orquesta juvenil, sino, llanamente, una admirable orquesta. Sobra cualquier postura condescendiente para aplaudir la excelencia de sus interpretaciones, por afinación, homogeneidad sonora, ajuste y sentido musical de la mejor ley. Si a esto añadimos la esperable entrega ilusionada, de sus componentes y la espontaneidad y maleabilidad con que, naturalmente, abordan el quehacer artístico, llegamos a un logro que puede calificarse de deslumbrante.
Una obra tan vital, colorista y virtuosística, como la de Kodaly sirve perfectamente para distinguir la magnífica calidad individual de los primeros atriles, mientras que las partituras de Stravinski y Sibelius nos mostraron la capacidad de la orquesta para leer y entender músicas de hondo contenido.
La labor del maestro titular en una orquesta de este tipo es obvio que resulta esencial. Gatehouse es un joven director que conduce e interpreta magistralmente, con gesto clarísimo y flexible y atento al acontecer de cada momento. Su compenetración con los intrumentistas es total, y así son los resultados: sencillamente admirables.
Babelia
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