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Elecciones autonómicas de Cataluña del 29 de abril

Los resultados electorales de Cataluña, condicionados por el nivel de abstención que se produzca

Las autoras de este trabajo realizan una prospección en el comportamiento del votante catalán el próximo 29 de abril, según el estudio de todas las anteriores elecciones en el ámbito de Cataluña. Las firmantes dan una gran importancia al comportamiento del voto en municipios superiores a 15.000 habitantes, en zonas agrícolas o industriales ó en elecciones autonómicas o legislativas. Según el estudio, que prescinde de la influencia de la campaña o de otros factores no estadísticos, el resultado del PSC depende del nivel de abstención; CiU debe salir reforzada en una consulta autonómica, el PSUC y ERC obtendrán mejoras mínimas sobre las últimas legislativas y AP verá frustrada su tendencia al crecimiento.

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Las características electorales de Cataluña encierran unos rasgos diferenciales específicos respecto al conjunto del Estado y a otras nacionalidades históricas. Así, por ejemplo, si analizamos los resultados de las elecciones generales en Cataluña, observamos que el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE) obtiene en su comunidad autónoma unos resultados equiparables, algo más bajos, al conjunto del Estado, pero que se ha colocado como el primer partido catalán, incluso en las elecciones legislativas de 1977 y de 1979. A diferencia de ello, en las elecciones autonómicas de 1980, el electorado catalán dio la victoria a Convergència i Unió (CiU), con unas pautas de comportamiento no muy distintas a las del electorado vasco en ocasiones similares, a saber: elevada abstención, que favoreció a los partidos de ámbito específico de la comunidad, y cierto trasvase de votos hacia éstos del electorado de los partidos de ámbito estatal.El PSC-PSOE representa en Cataluña un papel muy distinto al del PSE-PSOE en Euskadi; pero también CiU presenta diferencias específicas con el Partido Nacionalista Vasco (PNV). La hegemonía de CiU en Cataluña no es tan patente com o la del PNV en Euskadi, y sólo se ha puesto de manifiesto en la consulta autonómica de 1980. Sin embargo, un rasgo común es la permanente subida de votos y de porcentaje de CiU en Cataluña en las tres consultas electorales generales. En las elecciones legislativas de 1982 alcanzó su máxima cota.

Otro rasgo específico de la pluralidad política de Cataluña es la muy considerable fuerza que tuvo el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) en el período 1977-1980, con unas cotas de: votación muy superiores a las que obtuvo el PCE en el conjunto del Estado. Esta fuerza, unida a la del PSC, daba a la izquierda una hegemonía indiscutible en Cataluña en el período mencionado, incluso a pesar del triunfo de CiU en las primeras elecciones al parlamento catalán. Sin embargo, con el hundimiento del PSUC a partir de 1981-1982 la hegemonía de la izquierda en Cataluña aparece hoy mucho más diluida que en el período mencionado.

Esquerra Republicana de Catalunya, aun con unos perfiles políticos y sociológicos muy distintos a los que Herri Batasuna (HB) y Euskadiko Ezkerra (EE) tienen en Euskadi, juega un papel electoral en cierto modo similar desde el punto de vista de contar con un electorado estable que se expandió notablemente en las elecciones autonómicas de 1980.

Tanto UCD, en su momento, como AP, en la actualidad, juegan en Cataluña un papel similar al que dichas formaciones políticas juegan en Euskadi: mucho más reducido que el que tienen en el conjunto del Estado.

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La abstención, decisiva

Finalmente, otro importante rasgo diferenciador entre Euskadi y Cataluña es que, así como en aquella comunidad el PNV, EE y HB aglutinan desde las elecciones generales de 1979 la mayoría absoluta de los votos, los dos partidos de ámbito más específicamente catalán, CiU y la Esquerra, nunca han alcanzado esa situación en Cataluña. De cara a las próximas elecciones autonómicas, podemos decir que, si lo que estaba en juego en Euskadi era si el PNV conquistaba o no la mayoría absoluta, lo que está en juego en Cataluña es quién ganará: si CiU o el PSC. El triunfo de uno u otro partido, como demuestra el voto histórico, va a depender de los niveles de abstención que se registren. Las recientes elecciones en Euskadi demostraron un aumento de la participación del electorado de los partidos de ámbito estatal. El día 29 veremos si en Cataluña se confirma un comportamiento similar. No puede olvidarse que la abstención en Cataluña en las elecciones autonómicas de 1980 afectó sobre todo a los trabajadores emigrantes.

Al igual que en el caso de Euskadi, hemos centrado el análisis en los 46 municipios catalanes con una población superior a los 15.000 habitantes. Estos municipios representan el 74,2% del total de la población catalana de derecho. Su distribución por provincias es la siguiente: 34 están situados en Barcelona, representando allí el 83,6% del total de la población; 6 en Gerona, con un 45,6%. de la población total; 1 en Lérida, el 30,2%, y 5 en Tarragona, el 49,7% de su población total. Si analizamos cuál es la proporción que representan los votos de estos 46 municipios en el total de los votos de Cataluña, observamos que la proporción varía, según se trate de elecciones generales o autonómicas. Por ejemplo, en las elecciones generales de 1982, los votos emitidos en los municipios mayores de 15.000 habitantes significaron el 74,5% del total de los votos de toda Cataluña, mientras que en las elecciones autonómicas de 1980 esa proporción se redujo al 63,5%. Parece evidente que los grandes municipios catalanes tienen un comportamiento fuertemente abstencionista en elecciones autonómicas.

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