Cinco personas muertas en el asalto del autobús israelí, secuestrado por un comando palestino
Una vez más se produce un ataque terrorista en Israel. Cuatro jóvenes palestinos secuestraron un autobús con unos 35 pasajeros que había salido de Tel Aviv, manteniéndolos como rehenes durante toda la noche del jueves al viernes, atravesando varios controles policiales y siendo paralizados únicamente cuando llegaron, con el vehículo acribillado a balazos, a Dir el Balam (Gaza). Balance de la operación: los cuatro palestinos muertos, una joven soldado israelí fallecida posteriormente en el hospital a consecuencia de las heridas recibidas y otros ocho pasajeros israelíes graves. A 101 días de las elecciones generales, el aumento de los actos terroristas se ha convertido en la mayor preocupación del Gobierno israelí
El comando integrado por los cuatro palestinos murió a consecuencia de los disparos que se produjeron durante el asalto al autobús que efectuaron las fuerzas de seguridad israelíes.Todo había empezado en la estación central de Tel Aviv, donde los cuatro palestinos subieron al autobús sin despertar sospechas. Una hora más tarde, cuando ya el vehículo había pasado la localidad de Ashdod, ciudad costera situada en el Mediterráneo, el jefe del comando, de 26 años de edad, exhibe una maleta diciendo en hebreo que hará saltar el autobús por los aires si no se obedecen sus órdenes.
Según se sabría más tarde, la maleta contenía dos bombas conectadas a un detonador por cables eléctricos que, de haber explosionado, podría haber provocado decenas de muertos.
En el momento en que el jefe del comando profería estas amenazas, otro miembro del grupo terrorista se situó al lado del conductor y, colocándole un cuchillo en la garganta, le intimó a que no se detuviese en Asjelon, sino que prosiguiera rápidamente camino hacia Gaza, en dirección a la frontera egipcia.
En medio de la histeria de los pasajeros, dos de los miembros del comando señalan: "No tenemos intención de matar a nadie. Sólo queremos llegar a Egipto, donde seréis liberados a cambio de la liberación de 400 compañeros nuestros que están presos en Israel".
Una mujer embarazada
Más tarde, el jefe del comando dio la orden de parar el autobús e hizo descender a una mujer embarazada, que fue quien dio la alarma a la policía, con los resultados arriba descritos. El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) se atribuyó después la responsabilidad del secuestro."Los terroristas, que parecen haber vuelto a los métodos de los años setenta, quieren sembrar el pánico y el desorden en nuestra vida cotidiana, pero no lo permitiremos", afirmó ayer el primer ministro israelí, Isaac Shamir. Este atentado es el tercero de importancia que se produce en dos meses.
El diario popular Yedioth Aharonoth señala que la guerra de Líbano "no ha acabado con el terrorismo, que en lugar de desencadenar sus ataques en las ciudades y pueblos fronterizos del Norte ha traído la guerra al centro de Israel".
El asalto al autobús ha creado un cierto malestar entre la población israelí, donde son muchos los que se preguntan si era necesario asaltar el vehículo a cualquier precio, con su coste en vidas humanas, o si no hubiese sido preferible dejarle llegar a Egipto, país que, no estando en guerra con Israel, habría liberado a los rehenes y no habría dado muerte a los palestinos.
Consciente de este malestar, el general Moisés Levy, jefe del Estado Mayor israelí, ha dado a conocer un comunicado en que se especifica que la decisión de no entrar en negociaciones con los palestinos había sido adoptada por el "poder político, no por el Ejército".
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