La patronal ha optado por no intervenir en esta campaña electoral

La patronal Fomento de Trabajo Nacional ha optado por no intervenir abiertamente en la campaña electoral. Su presidente, Alfredo Molinas, se apoyó ayer, en una reunión con informadores económicos, en todo tipo de argumentos para teorizar sobre "la necesidad del apartidismo de las patronales". Atrás ha quedado la política del compromiso y de activa participación de las elecciones autonómicas de 1980 a favor de los partidos conservadores para evitar el "peligro de un frente popular". En aquella campaña contra la "causa marxista" se destinaron fuertes recursos, que se estimaron en torno a los 300 millones de pesetas.Muchos son los argumentos que han aconsejado este radical cambio de estrategia de Fomento, que prefiere reservar esta vez sus fondos para otras actividades. Las experiencias del pasado habrán sido de escasa rentabilidad, a juicio de las palabras del propio Molinas, según el cual "ahora lo menos rentable es comprar a un parlamentario, a pesar de lo barato que va el kilo de diputado".

Razones de peso

Existen causas objetivas que han aconsejado un pragmático lavado de manos. En primer lugar, el recuerdo del revolcón sufrido por la CEOE en las elecciones andaluzas. En segundo lugar, para evitar la tensión que hubiera supuesto para la institución el tener que elegir públicamente entre la derecha de AP, que en buena parte sustenta a la patronal; y la derecha modernizada, de mayores posibilida des electorales, representada por CiU, y con la que mantiene más relación institucional.Sin embargo, quizá la verdadera razón de peso que ha llevado a Fomento por la senda de la no intervención hay que buscarla en el temor a deteriorar el buen clima que se había alcanzado en las conversaciones con el Gobierno. En este sentido, Molinas ha sustituido el acostumbrado discurso de mayor carga ideológica para iniciar una pragmática política de negociación con la Administración central. El presidente de la patronal catalana abundó en las causas de esta aproximación, al señalar que "ya sólo quedan unos milímetros de distancia entre nuestra propuesta y la que tiene que aparecer en el Boletín Oficial del Estado".

Alfredo Molinas fundamenta la nueva estrategia patronal en un redescubrimiento de las fuerzas ínnatas, históricas y definidoras de la esencia de Cataluña. Sólo con la liberación de estas energías ocultas se logrará la recuperación del país, la salida de la crisis y la solución al problema del paro.

La crítica al socialismo se ha tornado, en relación a la realizada en las últimas elecciones autonómicas, más ideológica y menos política: "En la medida en que se reafirme esa cualidad innata de Cataluña, y se libere nuestra capacidad de afrontar las dificultades sobrepuestas por las visiones políticas que nos son ajenas, como el socialismo, la virtualidad creadora se repotenciará, y los resultados se hallarán en la disminución de esa lacra terrible que la crisis ha instalado en nuestra sociedad: el paro", indica el mamfiesto elaborado en esta ocasión por la patronal.