El Gobierno israelí afirma que no tiene ninguna intención de atacar a las tropas sirias
"Israel no tiene ninguna intención de atacar a Siria, y los movimientos de tropas sirias no son, aparentemente, de carácter ofensivo", se afirma en medios gubernamentales de Jerusalén.Esta declaración tranquilizadora pretende disipar la tensión surgida tras diversas advertencias hechas a los dirigentes sirios por el ministro de Defensa israelí, Moisés Arens, en el curso de una reunión del Gobierno celebrada el domingo pasado en Jerusalén.
Arens había señalado que Israel no toleraría el desencadenamiento por los sirios de una guerra de desgaste en el valle libanés de la Bekaa. En el Ministerio de Defensa se precisa que las declaraciones del ministro no pretendían aumentar la tensión entre Siria e Israel, sino que Arens quería únicamente poner las cosas, en su punto a raíz de ciertas informaciones inquietantes, procedentes de Damasco, que coincidían con movimientos de tropas sirias. Ahora parece que tanto los movimientos como las informaciones tenían su fuente en una situación de intranquilidad en Siria o en una lucha por el poder, que todavía sigue latente, y que ha tenido sus repercusiones en el Ejército.
En pocas palabras, se trata de la distensión, al menos por parte del Gobierno israelí. Sin embargo, la Prensa árabe sigue hablando, por tercer día consecutivo, de un próximo ataque israelí contra Siria. El diario kuwaití Al Wattan señala que "numerosos indicios apuntan hacia la inminencia de una aventura militar israelí contra Siria".
Por su parte, el diario saudí Al Jazeera escribe: "Es ya completamente evidente que el Gobierno israelí está decidido a atacar a las fuerzas sirias y palestinas en el valle de la Bekaa".
En los medios políticos israelíes hay una particular indignación por el editorial publicado el pasado lunes por el diario egipcio Al Ahram. El influyente periódico de El Cairo, muestra comprensión por los intereses estratégicos sirios en Líbano, recuerda que el valle de la Bekaa libanesa "formaba parte históricamente de Siria", condena severamente la presencia israelí en el sur de Líbano y subraya el carácter "agresivo deja política de Israel".
En Jerusalén se ve en este editorial el signo de un acercamiento entre Siria y Egipto. "No nos oponemos a una mejora de las relaciones entre Egipto y sus vecinos árabes, incluida Siria",' señalan fuentes autorizadas de Jerusalén, pero precisan: "Dicho esto, sería inadmisible que este acercamiento se haga a expensas de Israel y que, de paso, se sacrifique la soberanía y la integridad territorial de Líbano buscando excusas a las intenciones anexionistas sirias en nombre de la gran Siria histórica".
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