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Consejo de guerra por la conspiración militar del 27-O

El jefe de la División Acorazada rehusó presidir el consejo de guerra porque asumió la recusación planteada contra él

Carlos Yárnoz

El general de división Juan Bautista Sánchez Bilbao, jefe de la División Acorazada (DAC), renunció voluntariamente a presidir el consejo de guerra -que comenzó ayer en Gobierno Militar de Madrid- contra los cuatro jefes militares implicados en el denominado golpe del 27-O, según informaron ayer fuentes del Ministerio de Defensa. Sánchez Bilbao, contra el que tres abogados defensores habían presentado un escrito de recusación, asumió ésta y planteó su decisión como irrevocable, lo que provocó "desconcierto y sorpresa" entre sus superiores y en el propio ministro de Defensa, Narcís Serra.

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Según las fuentes informantes, varios altos cargos militares del Ejército, entre ellos el propio capitán general de Madrid, teniente general Gustavo Urrutia, trataron de convencer a Sánchez Bilbao en la tarde y noche del pasado lunes para que desistiera de su actitudafrontara la responsabilidad de presidir el consejo de guerra, pero a primera hora de la madrugada de ayer el jefe de la DAC comunicó su decisión irrevocable de no formar parte del tribunal.

Una vez que, a media mañana del lunes, los abogados defensores Adolfo de Miguel y José Zugasti (posteriormente se sumó Antonio Hernández Griñó) presentaron un escrito de recusación contra tres miembros del tribunal, entre ellos Juan Sánchez Bilbao, el coronel auditor Juan Gómez Calero inició las gestiones judiciales pertinentes para dilucidar el problema. Los tres recusados, así como los testigos propuestos por los letrados, tuvieron que declarar ante el juez especial Gómez Calero.

El primero en prestar declaración -hacia las cuatro de la tarde del lunes- fue el general Sánchez Bilbao, recusado, según dijeron públicamente los abogados, porque en una información publicada en EL PAIS el pasado día 1 de abril "se traen públicamente a colación antecedentes de pretéritos agravios que no pueden por menos de traducirse en prejuicio hostil a la línea ideológica atribuida a los procesados". En dicha información se decía que el padre de Sánchez Bilbao, que fue capitán general de Cataluña, falleció en extrañas circunstancias después de haber exigido al general Franco que instaurase la Monarquía en la persona de don Juan de Borbón.

Sánchez Bilbao se presentó a la citada hora, vestido con el uniforme de campaña, en el Gobierno Militar. En su declaración ante Gómez Calero, y según informaciones procedentes de los abogados defensores, Sánchez Bilbao, "que parecía muy afectado psicológicamente", dijo que se consideraba imparcial y objetivo para juzgar a los procesados, pero que sus sentimientos filiales le recomendaban, "moralmente", aceptar la recusación. Incluso comentó a los propios abogados que, en el fondo, le estaban haciendo un favor.

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El contenido de esta declaración originó desconcierto en Capitanía General, adonde se dirigió el propio Sánchez Bilbao a media tarde. El capitán general habló largamente con el jefe de la DAC para que reconsiderara su actitud.

Los mandos militares y el propio ministro de Defensa estaban convencidos de que la decisión de Sánchez Bilbao era debida a una situación de presión psicológica y, de hecho, desde el propio Ministerio de Defensa se informó oficiosamente, a las 22.30 horas del lunes, que el capitán general Gustavo Urrutia había desestimado la recusación de los abogados.

Incluso, según informaron ayer los letrados, a las 8.00 horas de ayer estaba anunciada una nueva declaración ante Gómez Calero. Los letrados interpretaron que esta citación, a sólo dos horas de iniciarse el consejo de guerra, tenía por objeto que el general Sánchez Bilbao rectificara su actitud inicial. Sin embargo, el general Sánchez Bilbao, según las fuentes informantes, "debió de sufrir una fuerte caída psicológica y una gran desmoralización", y a primera hora de la madrugada comunicó al capitán general su irrevocable decisión, que fue hecha pública a partir de las dos de la madrugada de ayer.

Cabe recordar que Sánchez Bilbao fue designado para presidir el juicio justamente al día siguiente de ser nombrado jefe de la DAC, lo que hace pensar que las autoridades militares esperaron a que se produjera su nombramiento para designarlo presidente del consejo de guerra, por considerarle la persona más adecuada para esa misión. En medios castrenses se aseguraba ayer que la actitud de Sánchez Bilbao puede suponer en breve plazo un importante problema para su brillante carrera militar.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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