Mitterrand, arrepentido
(...) Naturalmente, debemos aprobar que el régimen reconozca sus errores.(...) Pero equivocarse no es un título de gloria. Mitterrand debería haberse informado antes de elaborar su programa electoral. Tampoco tenía por qué esperar tres años para rectificar. (...)Los llamamientos a la confianza del presidente de la República ya no pueden ser escuchados. (...) ¿Cuál es la situación actual? ¿Qué queda? Ante todo, un vacío de poder, un régimen que parece andar como una sombra, sin saber qué hacer; luego, un país que marcha a la deriva, sin ideas, sin plan, sin principios. (...)
5 de abril
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