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Un aparejador detenido y puesto en libertad denuncia a un policía nacional por malos tratos

Luis Fernando Mira, de 27 años de edad, soltero, aparejador de profesión, al servicio de la comunidad autónoma de Madrid, presentó el pasado viernes denuncia por un presunto delito de malos tratos con resultado de lesiones contra un policía nacional aún no identificado. Ni el policía denunciado ni los funcionarios de la comisaría de Universidad, donde el denunciante estuvo detenido seis horas y sufrió los presuntos malos tratos, quisieron facilitarle sus nombres o sus placas de identificación.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía han informado que se ha abierto una investigación interna para determinar si la actuación del policía nacional fue correcta. Según informó el agente en la comisaría de Universidad, quiso identificar al denunciante "porque se encontraba circulando con una moto, a alta velocidad y sobre una rueda, en la plaza del número 3 de la calle Princesa". El policía asegura que Luis Fernando Mira se negó a darle el carné de identidad y le insultó, y que en el incidente sufrió una contusión en la región molar derecha.Un parte médico extendido en el Hospital Provincial al día siguiente de que ocurrieran los hechos denunciados señala que Mira sufre erosiones en ambas muñecas, una de las cuales tuvo que serle escayolada, herida incisa en la región orbital del ojo derecho, hematoma en el mismo ojo, erosiones y contusiones múltiples en ambas piernas y brazos, y dolores de cabeza.

Luis Mira trabaja desde hace algo más de tres años como contratado laboral de la Diputación Provincial, primero, y de la comunidad autónoma, después. El jueves, 29 de marzo, a la salida del trabajo, fue con su motocicleta al lugar conocido como la plaza de los cubos, a la altura del número 3 de la calle de la Princesa. Aproximadamente a las nueve de la noche dos conocidos, que salían de la plaza a la calle de la Princesa en una moto, fueron retenidos por policías nacionales, que les pidieron la documentación del vehículo. Inmediatamente detrás iba Mira, que se detuvo para esperar a sus compañeros, y también por curiosidad, según relata él mismo.

Uno de los policías le pidió también a él la documentación, con muy malos modos, por lo que se la entregué, pero le dije que hiciera el favor de no tutearme de forma despectiva. Me contestó algo así como que me iba a partir la cara si me ponía chulo y se guardó en el bolsillo mis documentos, el de identidad y el de conducir. Estaba muy molesto por la forma humillante con que el agente nos trataba a mi y a mis dos amigos y le pedí que se identificara él también".

Según la denuncia presentada, en ese momento comenzaron los verdaderos problemas para Luis Mira. En la misma calle, el policía en cuestión le dio en un ojo un golpe fortísimo con las esposas y a continuación lo esposó, en medio de las protestas de muchos curiosos que presenciaron la escena. Los tres jóvenes fueron conducidos en un vehículo patrulla a la comisaría del distrito de Universidad. Mira quedó aislado en una dependencia vacía y allí recibió en varias ocasiones la visita del mismo policía.

"Llegué a pensar que al agente, de estatura mediana, le pasaba algo raro o estaba borracho, porque a veces hablaba de forma inconexa. Me insultó, me metió en la comisaría a rastras, entre patadas y tirones de pelo. Daba gritos y decía que yo era un chorizo que le había amenazado. Me llevaron a la casa de socorro, en la calle de Vallehermoso, 1, donde un médico me reconoció y me curó el ojo. Vi cómo el policía se desarreglaba la ropa y se manchaba los pantalones con la suela de su propio zapato y le pedía al médico que le reconociera a él también, porque dijo que yo había intentado pegarle".

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"De vuelta a la comisaría", prosigue el relato de Mira, "me siguió pegando cuando le vino en gana. Pedí que me llevaran otra vez a la casa de socorro, pero no con él. Entonces tenía ya un miedo atroz".

"A las 12 de la noche", prosigue Mira, "me llamaron a prestar declaración. No quise hacerlo hasta que no me permitieran llamar a alguien de mi familia, y por fin vino mi cuñado. Me tranquilicé un poco y presenté denuncia contando todo lo sucedido hasta entonces. Poco antes me dijeron que me iban a pasar a disposición judicial, acusado de haber agredido a un policía y por resistencia a la autoridad. Al final me dejaron marchar, a eso de las 4.30 de la madrugada del viernes. Mi cuñado me llevó a otra casa de socorro, y con el nuevo parte médico volvimos a la comisaría para añadir la certificación médica a la denuncia. No nos quisieron dar copia de la misma ni de los dos partes de las casas de socorro, ni tampoco el nombre del policía agresor. El viernes presentamos denuncia en el juzgado de instrucción número 10".

José Ángel Pérez Ruiz, abogado del denunciante, declaró ayer que durante las seis horas que su cliente pasó en comisaría no llegó a ser interrogado en ningún momento, excepto cuando prestó declaración, de corrido, sin que mediaran preguntas. Salió en libertad sin cargo alguno, lo que contradice las continuas afirmaciones del policía de que había sido agredido. El abogado añadió que ya hay cuatro personas que fueron testigos presenciales de los hechos y están dispuestas a declarar.

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