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Londres juzga a cuatro surafricanos que pretendían adquirir armas

Soledad Gallego-Díaz

El embajador surafricano en Londres, Marais Steyn, ha sido llamado urgentemente a Pretoria para que informe sobre el juicio a que están siendo sometidos en el Reino Unido cuatro ciudadanos de dicho país, acusados de intentar exportar a África del Sur diverso material militar.Los cuatro surafricanos, que comparecieron el pasado sábado ante un tribunal de Coventry, están vinculados, al parecer, a la empresa Armscor, creada por el Gobierno de Pretoria para hacer frente al embargo de tecnología de interés militar decretado por las Naciones Unidas como fórmula de presión contra el régimen racista del apartheid.

Organizaciones antirracistas han denunciado repetidas veces las actividades de dicha compañía, que ha logrado hacerse con tecnología militar muy sofisticada y que fabrica sus propias armas, hasta el extremo de que África del Sur se ha convertido en los últimos años en un gran exportador de armamento.

Según dichas organizaciones, varios países occidentales han esquivado el embargo internacional y apoyan al régimen de Pretoria, facilitándole no sólo armas, sino tecnología que le permite, incluso, fabricar sus propios misiles.

Al parecer, los cuatro detenidos, ayudados por un hombre de nacionalidad británica que se encuentra también procesado, habían logrado adquirir componentes utilizados en la fabricación de misiles antimisiles.

Las relaciones entre el Reino Unido y África del Sur, generalmente buenas, se vieron momentáneamente turbadas en 1982, cuando, repentinamente, Pretoria retiró de la embajada al primer secretario, B. M. van der Klashorts, y a otro diplomático, Joseph Klue, al parecer relacionados con actividades de este tipo.

Dos diplomáticos

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Otros dos diplomáticos surafricanos fueron también objeto de investigación por parte de Londres.El ministro de Asuntos Exteriores de África del Sur, Pik Botha, reconoció que había llamado a su embajador para celebrar consultas urgentes respecto al juicio de Coventry, pero se negó a aclarar si existía participación directa de la embajada en el escándalo.

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