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El presupuesto de la autonomía murciana para 1984 destina 500 millones a tapar 'agujeros' de empresas fracasadas

Promural, empresa dedicada a la transformación de pimentón y otros productos agrarios, sufrió la pérdida completa del capital invertido. Los expertos aseguran que en ello tuvo mucho que ver el sistema utilizado por esta sociedad, que en principio instaló tecnología de punta, después volvió a los sistemas de secado tradicional y acabó por quedarse sin mercado para sus productos, considerados de muy baja calidad. Entre capital perdido y avales bancarios, la aventura ha supuesto una carga de casi 400 millones de pesetas para el presupuesto de la comunidad.La otra entidad mencionada, Muraqua S.A., está ya en liquidación. Constituida en 1982, con la finalidad de dedicarse a la cría de langostinos y otros productos del mar, ha sufrido la pérdida completa del capital invertido y asimismo tenía créditos avalados por el Gobierno regional. Ahora se va a obligar a los acreedores a que embarguen las instalaciones existentes, y el resto de las deudas se pagarán directamente con el presupuesto público: 50 millones de pesetas para avales, 25 de capital y 18 en otras partidas.

La empresa de los langostinos comenzó a funcionar sin que ninguno de sus tres socios (Consejo regional, Iberaqua y Chaconsa) desembolsaran físicamente ni una sola peseta, pese a que en la escritura de constitución de la entidad se decía que todo el capital había sido ingresado al 1 de junio de 1982. "El capital social", se lee en dicha escritura, "se fija en la cantidad de cincuenta millones de pesetas, representado por cincuenta mil acciones al portador ( ... )totalmente suscritas y desembolsadas por las entidades comparecientes, e ingresado su importe en metálico en la caja social". Pero de hecho, nadie había desembolsado dinero físico alguno, según reconoce el ex consejero-delegado, José Antonio Hernández Salinas, quien desempeñó ese cargo hasta su destitución, a finales de 1982.

Éste último sostiene que la entidad representa por él (el grupo hispano-filipino Iberaqua) sí aportó su parte, sólo que en forma de tecnología, "ya que desde el primer momento estaba claro que nuestra participación era la asistencia tecnológica, valorada en la parte de capital social que nos correspondía (50% )". Para materializarla, el grupo Iberaqua trasladó a España a un técnico francés y otros filipinos, que trabajaron intensamente durante varios meses. Mientras tanto se construyeron las balsas para la cría de langostinos en terrenos de la costa del mar Menor, se importaron larvas para la producción y se enviaron periodistas a Filipinas con el fin de que comprobaran, sobre el terreno, como funcionaba allí el sistema.

Para todo eso hacía falta dinero, y así se lo hizo notar Hernández Salinas a Hernández Ros. Éste solucionó la cuestión avalando un primer crédito de 8 millones de pesetas, al que siguió otro de 25 millones cuando se agotó la primera cantidad. "Pasaron varios meses antes de que el Consejo regional y el otro accionista minoritario desembolsaran su participación " asevera Hernández Salinas.

Langostinos helados

La primera cosecha de langostinos, recogida en noviembre de 1982, fue de unos 150 kilos: fue también la última. Una de las balsas se derrumbó, y se perdieron 80.000 larvas; además trataron de aguantar parte de la cosecha hasta diciembre, para aprovechar el importante mercado de las Navidades, pero una helada mató a los langostinos.Ello permitió comprobar que la temperatura del mar Menor, pese a ser elevada, sólo permite una cosecha al año, aprovechando los meses más cálidos. Después, una larga serie de problemas internos, enfrentamientos personales, problemas jurídicos y dificultades de producción dieron al traste con la empresa, un año más tarde.

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El representante de la entidad hispano-filipina que aportaba la tecnología acepta que el proyecto suponía "un fuerte riesgo": de ahí el interés de su grupo en "contar con el apoyo de una institución como el Consejo regional de Murcia, cuyo presidente se entusiasmó con la idea desde el principio"; pero el ex consejero-delegado niega que los riesgos fueran tan grandes como para conducir a un fracaso seguro. "La empresa habría llegado a buen puerto, sí no hubiera sido por las descabelladas actuaciones que se produjeron tras mi destitución", asevera.

Por su parte, miembros del consejo de gobierno saliente consideran discutible la interpretación de que uno de los socios de Muraqua S.A. cubriera su parte de capital con una aportación tecnológica. En todo caso, el resultado final es que existen pérdidas de casi 100 millones de pesetas, que ha sido necesario incluir en diversas partidas de los presupuestos de la comunidad murciana para 1984.

Turismo de lujo

Hernández Ros se embarcó después en otros proyectos mucho más cuantiosos. Alguno, como el tren aéreo Murcia-Molina de Segura, fue desaconsejado por el Gobierno central -concretamente por el ministro de Transportes, Enrique Barón-; otros, como el tercer canal de televisión o la compra de la mayoría de las acciones de la sociedad propietaria del casino de La Manga -combinada con la renovación de un hotel de principios de siglo-, ocuparon las últimas semanas de trabajo de Hernández Ros al frente de la comunidad autónoma.Según los datos que ha sido posible reunir, esta última operación consistía en adquirir la mayoría de Azarmenor, sociedad constituida por una mayoría de capital español (el grupo Maestre) y una participación minoritaria de capital extranjero. Azarmenor explota el casino de La Manga del Mar Menor, cuya actividad es escasa.

El equipo de Hernández Ros ideó una compleja operación. Consistía en trasladar el casino a Murcia capital durante el invierno, para lo cual había que participar en la renovación de un edificio de principios de siglo, el Victoria -actualmente cerrado- para convertirlo en hotel de lujo e instalar en el mismo un casino de invierno; al mismo tiempo se potenciarían los balnearios de Archena y Fortuna, incluyendo la apertura de mesas de juego en ellos.

La participación del Gobierno regional en la operación del hotel ascendía a 500 millones de pesetas, en el marco de un plan muy ambicioso, a fin de destinarlo a clientes de alto poder económico. A ello habría que sumar la adquisición de la parte mayoritaria de la sociedad Azarmenor y el eventual mantenimiento del casino de La Manga para el verano. En total, la operación casinos-hotel ascendía a cerca de 2.000 millones de pesetas.

Frente a estos planteamientos, el consejero de Economía y Hacienda, José Molina, consideró que una inversión tan importante y problemática para la comunidad sólo podría abordarse bajo la forma de un crédito extraordinario, autorizado por todos los grupos políticos representados en la Asamblea Regional.

El forcejeo sobre este tema estaba planteado en el seno mismo del Consejo regional, cuando la crisis política paralizó la cuestión. Se da la circunstancia de que el ex director de juego del casino de La Manga, José Antonio Asensio, es uno de los presuntos participantes en el intento de soborno a dos periodistas de La Verdad, para que este periódico "dejara tranquilo" al presidente de la comunidad.

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