Gemayel propone para Líbano un centralismo político basado en la paridad religiosa
La Conferencia de Reconciliación Nacional Libanesa no acaba de salir de la incertidumbre. El presidente Amín Gemayel presentó el sábado un proyecto de declaración final en el que se preconiza que cristianos y musulmanes sean representados igualitariamente en la Asamblea Nacional.
El proyecto de Gemayel prevé un nuevo equilibrio entre las comunidades religiosas que se basa en "el centralismo político, la descentralización administrativa y la participación de las principales comunidades religiosas en la gestión pública".A grandes líneas, el proyecto de Gemayel prevé la creación de dos viceprimeros ministros y de otro vicepresidente de la Asamblea Nacional, la formación de una Corte Constitucional, la reforma de la ley electoral para aumentar el número de diputados y asegurar la representación paritaria en el Parlamento de los cristianos y los musulmanes, la designación por la Cámara de los Diputados del primer ministro y la supresión en el carné de identidad de la mención a la pertenencia religiosa del ciudadano.
El líder de los drusos, Walid Jumblat, dijo ayer estar cansado de discutir desde hace una semana los mismos temas sin lograr avanzar ni un ápice. "Espero que la conferencia termine pronto", añadió, "porque personalmente estoy harto. Llevamos discutiendo muchas horas y todavía no hemos conseguido nada concreto".
Para Jumblat, lograr que se respete el alto el fuego sería "el mayor éxito de la conferencia", pero esta eventualidad le deja más bien escéptico porque "los cristiano-maronitas lo único que persiguen, incluso con las armas", dijo, "es la defensa de sus privilegios".
"Frente a tanta arrogancia" insistió, "no creo debamos continuar indefinidamente en este lujoso hotel, porque en Beirut la gente sigue muriendo".
La aconfesionalidad
Jumblat sostuvo que la única fórmula que puede salvar la unidad de Líbano es la aconfesionalidad del Estado. En esta reunión se va a conseguir muy poco -continué diciendo Jumblat-, para quien "el acuerdo final no será más que el reparto del pastel entre los clanes".
Independientemente del día en que finalicen los trabajos de la conferencia -y oficiosamente se habla de mañana-, los resultados serán, según Jumblat, más bien escasos. El entendimiento entre generaciones diferentes "es prácticamente imposible", añadió Jumblat, quien calificó de superrealista el espectáculo.
Las negociaciones, de todos modos, continúan sobre la base del proyecto político sometido por el presidente Amín Gemayel a las nueve delegaciones participantes.
El documento elaborado por Gemayel cuenta, al parecer, con el aval del jefe de la diplomacia siria, Abdel Halim Jadam.
Según el proyecto de Gemayel, el presidente estaría secundado por un sunita encargado de los asuntos económicos del país, un druso que asumiría las responsabilidades de la defensa y un grecoortodoxo que tendría a su cargo las relaciones exteriores.
La versión oficiosa del texto presidencial recoge el principio de la representatividad equitativa de las comunidades, al tiempo que sugiere la creación de un Tribunal Supremo de Justicia y la institución de un Consejo Económico y Social.
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