El Rey considera acertada la decisión de dotar con el F-18A a las Fuerzas Aéreas españolas

El Rey hizo ayer en Canadá grandes elogios del F-18A tras la exhibición que presenció en la base de Comox, situada en la isla de Vancouver. Los canadienses, que tenían previsto que don Juan Carlos pilotara uno de los dos modelos que tenían preparados, lograron que al menos se metiera en la cabina de un aparato situado en el hangar. Don Juan Carlos, que observó detenidamente todas las características del tablero de mandos, concluyó que la decisión de comprar el F-18A para las Fuerzas Aáreas españolas había sido acertada.

Según las explicaciones que dieron al Rey los técnicos de la base canadiense, el F-18A es muy superior a todos los modelos de avión de combate conocidos.Los Reyes dieron por terminada su visita oficial el sábado por la tarde, madrugada del domingo en España. Ayer partió el avión real desde Vancouver hacia Calgary, en donde se quedó don Juan Carlos. Doña Sofía continuó viaje a España. El Rey pasará cuatro días en las instalaciones de esquí de Calgary, que serán olímpicas dentro de cuatro años. Don Juan Carlos estaba interesado en conocerlas, y aprovechará su estancia para conversar detenidamente con el primer ministro canadiense, Pierre Trudeau, que le acompañará.

Con Trudeau

El Rey desea hablar con Trudeau, con el que mantiene cordiales relaciones desde hace años, fuera de las reuniones protocolarias. Entre otras cosas, el Rey está preocupado por las cuotas que Canadá impone a la flota pesquera española y las contingentaciones a determinados productos. El viaje de Estado que acaba de finalizar no tenía otro objetivo que relanzar las relaciones hispanocanadienses.

Con Vancouver, concretamente, habrá que mantener contactos inmediatos, dado que va a ser la sede de la Expomundial de 1986, seis años antes de que se celebre en Sevilla. En el plano turístico ha comenzado la campaña de promoción, y el próximo año la primera cadena de establecimientos del país, la Eatons, realizará en todo Canadá una exhibición masiva de diversos productos españoles.

El Rey, según manifestó a los informadores, considera necesario establecer un consulado en Toronto y una casa de España. Para las relaciones entre ambos países se espera, tras el, viaje real, una etapa más fructífera.