El debate presupuestario

La verdadera y seria respuesta a los anhelos españoles y portugueses de entrar en la CEE llegará el martes, al término de la cumbre europea de Bruselas, no por medio de una declaración sobre fechas intencionadas, sino si los jefes de Estado y de Gobierno de los diez toman una decisión formal sobre el aumen to de los recursos propios, es decir, de los fondos disponibles- de la Comunidad. Y esto sólo se producirá si se llega a un acuerdo sobre todos los demás puntos.Algunos países, como en principio la República Federal de Alemania, necesitan además la excusa de la ampliación de la CEE para presentar este mayor gasto ante su opinión pública contribuyente. Pero la obsesión con las fechas hace olvidar a veces algo evidente: España y Portugal no ingresarán en la CEE mientras ésta no haya puesto antes su casa en orden.

El ingreso de España y Portugal costará, además, dinero. El techo de un punto del impuesto sobre el valor añadido (IVA) ha sido prácticamente alcanzado ya. Se calcula que la ampliación supondrá directamente 0,2 puntos más en razón de las pérdidas de otros ingresos para la CEE (prelevas agrícolas y aranceles) que acarreará el ingreso de España y Portugal.

La seriedad está en los recursos propios y no en la fecha, pues si no se repite un desastre como el de la cumbre de Atenas -como la de Bruselas tampoco es un éxito-, es harto probable que la fecha del 30 de septiembre saldrá, aunque luego no se cumpla. Esta Fecha fue objeto de acuerdo no oficial en Atenas. François Mitterrand, hasta entonces, reticente en este tema, en un exceso de irenía llegó incluso a pedir que se fijase la de junio de 1984. Francia ha descubierto las ventajas de negociar a fecha fija con unos candidatos más impacientes por ingresar en la CEE, que ésta por recibirlos.

El caso es que si el texto de la presidencia francesa prevé la presentación simultánea de los nuevos recursos y de la ampliación, para su ratificación, en los Parlamentos nacionales, esta fórmula puede cambiar y las negociaciones podrían retrasarse. En ese caso sería imperativo que la cumbre se pronunciara con firmeza por la fecha del 1 de enero de 1986 para el ingreso de España y Portugal. De otro modo nada estaría asegurado. Claro, que antes Bruselas tendría que haberse convertido en una cumbre histórica.