Estados Unidos insiste en la necesidad de que Jordania y los árabes moderados negocien la paz con Israel

La Administracion Reagan ha reiterado que "no nay posibilidad de conseguir progresos hacia la paz" en Oriente Próximo si Jordania y los otros países árabes moderados no negocian con Israel. Los planes de Washington, que sostiene la necesidad de que árabes e israelíes se sienten a negociar, sufrieron un duro golpe después de que el rey jordano criticara agriamente la política de Estados Unidos en la región. La Casa Blanca está sorprendida y estupefacta por estas manifestaciones.

Las declaraciones de Hussein a The New York Times, en las que acusaba a la Casa Blanca de apoyar la ocupación israelí de Cisjordania y aseguraba que no negociaría directamente con Israel dada la patente inclinación proisraelí de los norteamericanos, han llevado a la Administración a manifestar que Hussein está equivocado si es pera que Estados Unidos va, a resolverle los problemas mediante la conminación a Israel a que haga concesiones antes de que comiencen las negociaciones directas israelo-jordanas. John Hughes, portavoz del De partamento de Estado, ha manifestado al periódico neoyorquino que "ambas partes deben saber que no hay posibilidades de avances hacia la paz sin negociación". Para Hughes, "rechazar la negociación, aunque sólo sea de un modo temporal, no hace nada en favor de la causa palestina".

Otro portavoz que no quiso que se le identificara dijo que los árabes creen "que Estados Unidos puede elaborar completamente un plan de paz, pero eso no es así. La gente de Oriente Próximo", prosiguió el portavoz, "tiene que participar. La constante referencia de que corresponde a Estados Unidos hacer cosas en Líbano, de que corresponde a Estados Unidos hacer cosas en Israel, probablemente supone una sobrevaloración de la influencia norteamericana y carece de realismo".

La entrevista publicada por el rotativo cayó como un jarro de agua fría sobre la Administración, que no se esperaba nada parecido, y mucho menos a las 24 horas de que Reagan abogase ante un influyente grupo de judíos por la venta de armamento a Jordania. Fuentes de la Casa Blanca señalan que in mediatamente después de cono cerse los términos en que se manifestó Hussein se envió un télex al embajador en Amman pidiéndole explicaciones por no haber alerta do a Washington de la súbita pérdida de confianza padecida por la Administración norteamericana.

Retirada israelí

Reagan convocó también una reunión urgente con el secretario de Estado, George Shultz; el consejero nacional de Seguridad, Robert McFarlane, y otros consejeros en asuntos de Oriente Próximo para anal zar el cambio de actitud del monarca hachemita, que hace sólo un mes, tras entrevistarse con Reagan en Washington, manifestó que Jordania estaba dispuesta "a avanzar con esperanza y determinación, y con el compromiso de hacer lo posible para lograr una paz justa y totalizadora".

El régimen sirio considera las explosivas declaraciones como una maniobra que, disfrazada de "actitud patriótica", pretende encubrir "la desolación y la preocupación" del rey jordano tras el contratiempo sufrido por Estados Unidos en Líbano, señala France Presse. Techrin, órgano gubernamental, asegura que, "tras haberse conseguido un acuerdo en Líbano, Siria va a dedicar todos sus esfuerzos para que el pueblo palestino recupere sus derechos legítimos".

En Líbano, mientras tanto, Israel prepara la retirada de sus soldados hacia posiciones más al sur de la que ahora ocupan en el río Awali informa desde Tel Aviv Víctor Cygiel. Las fuerzas israelíes, según la emisora del Ejército, abandonarán la ciudad de Sidón; conservarán la ciudad de Jezzin, en el sector central, y dejarán las alturas de Tel Baruj para apostarse en la falda de estas colinas estratégicas, las más próxima a las fuerzas sirias.