El presidente se equivocó
( ... ) El presidente del Gobierno, Felipe González, ha accedido a los requerimientos que se le venían haciendo para informar a los españoles, de forma directa y personal, como presidente del Gobierno, sobre las cuestiones capitales que nuestro país sufre y padece. Pero se ha equivocado, o sus asesores no han acertado, al escoger el modo de hacerlo. Su intervención televisada de la noche del domingo fue de estilo deficiente y de contenido malo.Primero, no aludió al asunto candente, que era -que es- nuestras relaciones con Francia después del ataque sufrido por los pesqueros del País Vasco. Segundo, lo que dijo Felipe González carecía de interés y el discurso se apoyaba en una ignorancia generalizada de los ciudadanos en torno a la necesidad de la reconversíón industrial, que no es tal.
Aquí sabemos, señor presidente, que estamos instalados en una crisis económica de dimensiones enormes y de alcance incalculable. Si los españoles creyésemos otra cosa, las reacciones ante determinadas medidas de su Gobierno habrían provocado reacciones firmes y contestaciones poco amables. Sin embargo, los ciudadanos de este país desconocían -y siguen desconociendo después de sus palabras dominicales- el programa del PSOE para afrontar los problemas ( ... )
Se votó cambio o, por lo menos, eso votaron unos cuantos millones. Y ahora hay que preguntar: ¿qué cambio? Entre el plan socioeconómico de los gobiernos anteriores y el que se está sugiriendo por el PSOE apenas hay diferencias. ( ... )
Un presidente del Gobierno, en las democracias modernas, utiliza la televisión en dos momentos y con propósitos claros: o para dar la sensación de que se está gobernando, ofreciendo la respuesta puntual a una cuestión importante, o para esbozar un programa de largo alcance.
Normal resultaría ( ... ) que después de un largo silencio en la Moncloa, el presidente expusiera el catálogo de disposiciones que piensa adoptar para reducir la presente conflictividad social, para dar soluciones a los desempleados o para reformar el sistema de presencia de las fuerzas sindicales y empresariales en el proceso de toma de decisiones generales.
Ninguna de estas normalidades tuvo realidad y, en cambio, se nos anunció que estas "píldoras científicas superficiales" van a sernos administradas en dosis sucesivas. Como si los españoles fuésemos menores de edad y padeciésemos de enfermedad cívica.
13 de marzo
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