El muro de la desconfianza

( ... ) La desconfianza, más allá de los Pirineos, sigue siendo tan viva respecto a nuestro país como lo era en la época de Napoleón III, cuando los ferrocarriles españoles se instalaron con una vía con anchura diferente de los franceses para prevenir una nueva invasión de las fuerzas imperiales.El incidente naval de anteayer -menor, pese al número elevado de pérdidas de los pescadores piratas españoles es, sobre todo, revelador de un estado de espíritu de nuestros vecinos del Sur. Dejemos a un lado la violación de las aguas territoriales por esos barcos de pesca (todos los pescadores del mundo lo hacen más o menos) y la necesaria advertencia de la Armada.

Lo que es interesante es la dimensión histórica que España, su Gobierno, su Prensa, su opinión en general, hasta los terroristas vascos, dan al asunto; a Francia se le designa como el gran Satán que impide a la desdichada España desarrollarse armoniosamente en su paz interior. ( ... )

Más justificados, sin duda, son los reproches de España a propósito del terrorismo vasco. ( ... )

Todo ocurre como si España, por una tradición secular, viese en Francia su único interlocutor en Europa, la única fuente de sus males, pero también el agente que podría resolver sus propios problemas internos. (...)

9 de marzo