La Comisión de Derechos Humanos de la ONU aprueba una convención contra la tortura

Después de seis años de negociaciones y debates, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha aprobado, por consenso, una convención internacional contra la tortura, texto que será refrendado con toda probabilidad a finales de año por la próxima Asamblea General de la ONU.La convención estipula que cualquier Estado signatario deberá perseguir, juzgar o extraditar a los presuntos torturadores, sean de la nacionalidad que fueren e independientemente del lugar en que cometieron sus crímenes, atentaron contra la vida o la dignidad de la persona humana.

Otro elemento importante es la creación de "un órgano fiscalizador permanente" compuesto de 10 personas "de gran integridad moral y reconocida competencia en materia de derechos humanos", y cuyo cometido será pedir explicaciones a cualquier Gobierno que practique la tortura y proceder a "investigaciones confidenciales" sobre las quejas o denuncias que se reciban.

A nivel nacional, cada Estado que suscriba la convención se compromete a que su legislación garantice a la víctima de un acto de tortura la reparación y el derecho a una indenmización, incluidos los medios para una rehabilitación lo más completa posible. En caso de muerte de una persona como resultado de un acto de tortura, las personas a su cargo tendrán igualmente derecho a indemnización.