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Rechazada una enmienda la totalidad de la reforma del Estatuto de los Trabajadores

El Pleno del Congreso de los Diputados rechazó ayer una enmienda a la totalidad del proyecto de ley para la modificación de determinados artículos del Estatuto de los Trabajadores. La enmienda, presentada por Santiago Carrillo, pedía la devolución al Gobierno del citado texto, que introduce una cierta flexibilidad en el mercado de trabajo.El pleno, sin embargo -salvo un ligero enfrentamiento entre Carrillo y Francisco Arnau, del Grupo Socialista-, no sirvió para que en este primer trámite parlamentario del proyecto de ley se reprodujera, ni siquiera mínimamente, el amplio debate público que en su día provocó el anuncio de flexibilidad del mercado de trabajo.

El ministro de Trabajo, Joaquín Almunia, justificó la modificación del Estatuto de los Trabajadores en la parte que concierne a la contratación temporal en el deseo de que sirva de instrumento para la generación de puestos de trabajo. "Esta reforma", dijo, "no va a producir 1.000 empleos diarios, como otro ministro afirmó aquí al presentar el Estatuto de los Trabajadores (Almunia se refería a Rafael Calvo Ortega), pero estamos convencidos de que es la única fórmula posible para generar el máximo empleo".

Las esperanzas del ministro Almunia no fueron, sin embargo, compartidas por los representantes de los otros grupos, que, salvo Santiago Carrillo, anunciaron que se abstendrían en la votación. Prácticamente todos, desde Joaquín Xicoy, de la Minoría Catalana, a Fernando Suárez, del Grupo Popular, cuestionaron la bondad de esta medida como generadora de empleo.

Para Xicoy y para Suárez, la reforma es insuficiente y no flexibiliza el mercado de trabajo en la medida que sería necesario. Andoni Monforte, de la Minoría Vasca, sí se mostró conforme con la contratación temporal, pero no así con otros puntos del proyecto de ley.

Carrillo acusó al Gobierno de ofrecer un texto regresivo, y aseguró que la única forma de crear empleo es mediante la inversión. "El Gobierno", dijo, "renuncia a su iniciativa pública en la inversión y trata de crear mecanismos artificiales de contratación". Francisco Arnau, del Grupo Socialista, en réplica a Carrillo, negó que hubiera regresión, aseguró que las normas en contratación temporal ya existían y el proyecto lo que hace es darlas rango de ley e introducir mayores garantías a los trabajadores.

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Enfrentamientos con Santiago Carrillo

Y finalizó preguntando a Carrillo si añoraba el Fuero del Trabajo franquista y advirtiéndole que por ese camino "su partido, que tanto ha hecho por los trabajadores, puede dejar de ser realidad para pasar a ser memoria".

Santiago Carrillo se dirigió a Arnau y afirmó que él había mantenido un tono mesurado, pero "si se profetiza la desaparición de mi partido y se habla de añoranzas, lo que tengo que decir es que si algo añoro es el programa electoral socialista, los 800.000 puestos de trabajo prometidos y el cambio que no se ha producido".

A pesar de todo, y salvo ligeros chispazos, el pleno se desarrolló en un tono menor y no fue capaz de reproducir el amplio debate registrado durante su negociación entre los sindicatos y los empresarios.

Tal y como se desarrolló la sesión y a la vista de las actitudes de los parlamentarios, parece que el tema de la contratación temporal, que provocó la inquietud y el temor entre los trabajadores a la flexibilización de plantillas, no despertó el mismo interés en la Cámara de Diputados.

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