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Crítica:CINE /'EL HOMBRE HERIDO'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Sordidez homosexual

La vida de los marginados ha ido obteniendo protagonismo en el cine. La otra cara de ese mundo rosa en que los hombres y mujeres se comportan según las normas que marca la moralina al uso se abre paso en los circuitos comerciales con películas que hasta ahora sólo tenían cabida en ambientes minoritario s de experimentación y catacumbas. Patrice Chereau, joven cineasta francés proveniente de la dirección teatral, ha optado por colocar su cámara ante personajes inhabituales en el cine cotidiano y, más aún, de contemplarlos con ojos de amigo,sin consejos ni coartadas.Declara Chereau que El hombre herido no es una película sobre la homosexualidad. Pero a una pasión homosexual dedica su tiempo. Aunque no se trata, efectivamente, de desarrollar una teoría sobre las prácticas homosexuales a través de las experiencias de ese adolescente turbado por la aparición de un adulto que le seduce con su violencia y su marginación, es obvio que una parte de la reafldad clandestina de ciertos homosexuales se describe con detalle.

El hombre herido Director

Patrice Chereau. Guión: Chereau y Hervé Guibert. Fotografía: Renato Berra. Música: AIbert AyLer. Intérpretes. Jean-Hughes Anglade, Vittorio Mezzogiorno, Roland Bertin, Lisa Kreuzer, Armin Muller-Stahl. Drama. Francesa, 1983.Local de estreno: Alphaville

Un ambiente sórdido, casi insufrible, preside toda la narración. Ese oscuro mundo de la estación de trenes en cuyos pasillos y urinarios tienen lugar los encuentros, los amores furtivos, los contactos pasajeros; la noche casi siniestra en la que la violencia y el amor adquieren idénticas definiciones; los hombres ocultos que sólo en la complicidad de sus explotadores pueden expresarse con sinceridad; la sordidez, en fin, con que Chereau ha recreado su filme, con delectación y talento, corresponde a un grupo humano que se manifiesta por necesidad o por placer en formas que niegan el concepto tradicional de la pareja.

La pasión tiene otras reglas o no tiene ninguna. El joven Henri, que interpreta muy bien Jean-Hughes Anglade, con la acertada sensibilidad que le fue reconocida con un premio en el festival de Chicago del pasado año y con fuertes aplausos en el de Cannes -donde El hombre herido se presentó por primera vez-, es un personaje que se siente atraído por el extraño Jean (sólidamente encarnado por Vittorio Mezzogiorno, al que dobla en francés Gerard Depardieu): desde ese momento su vida cambia las viejas reglas. Todo puede ocurrirle, y a ello se dispone alegremente. Nada más: no hay trascendencia ni pretesiones. Un trozo de la vida de muchos con los adornos argumentales que el cine aún precisa. Una oculta belleza en tanta fealdad. Alguna luz en tamaña sordidez.

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