El Plan Energético Nacional recomienda incrementos en los precios de los productos petrolíferos superiores a los costes
El Plan Energético Nacional (PEN), que el Gobierno remitirá en breve al Parlamento, prevé un sustancial cambio en el sistema de cálculo de precios ex refinería -esto es, en la liquidación que Campsa hace por las entregas de productos por parte de las empresas de refino-, basado en la capacidad de producción necesaria para satisfacer el consumo interior previsto y no, como se venia haciendo hasta ahora, en la instalada. Asimismo, el documento anticipa un incremento paulatino, superior a la cobertura de costes, para los precios al consumidor de los productos petrolíferos, de forma que se vayan acomodando los precios internos españoles a los existentes en Europa.
La disminución del 60% actual al 50% en 1992 de la participación del petróleo en las necesidades de energía primaria constituye el objetivo prioritario, para el sector del petróleo, del Plan Energético Nacional (PEN) que ha elaborado el equipo técnico del Ministerio de Industria y Energía. Los redactores del PEN parten de que este subsector está sobredimensionado en instalaciones, tiene un índice de aprovechamiento y eficiencia muy bajo, padece problemas de abastecimiento de materia prima y tiene una deficiente estructura de funcionamiento, que si bien no ha ocasionado problemas financieros importantes a las empresas, puede generarlos de cara al previsible ingreso de España en la CEE.Para solventar estos problemas, el documento introduce una serie de propuestas que persiguen acondicionar a medio plazo la estructura del subsector, mediante una integración vertical y, además, racionalizar su funcionamiento y mejorar su nivel de competitividad. Si bien un anticipo de estas reformas está contenido ya en el protocolo de acuerdo que se firmó entre Campsa y las empresas de verano el pasado verano, otras son relativamente novedosas en cuanto al compromiso que se fija la Administración para llevarlas a cabo, especialmente en el campo de las tarifas.
Nuevo cálculo de precios
Las más resaltables son, en cualquier caso, la nueva fórmula para el cálculo de los precios ex refinería, sobre el que se basarán los ingresos de las empresas de refino, y la adecuación paulatina, hacia una estructura de costes reales, de los precios al consumidor de los productos derivados del petróleo.En el primer aspecto, el ministerio habla de sustituir la fórmula de liquidación actual, establecida sobre capacidad de refino instalada, por otra basada en la capacidad necesaria, y en el segundo, se pretende cumplir las recomendaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) de suprimir subvenciones en los consumos energéticos derivados del petróleo.
La capacidad necesaria de las refinerías que habla el PEN será fijada por el Ministerio de Industria sobre la base de "parámetros objetivos", muy en la línea del Plan de Combustibles de 1983, precisamente el que sirvió de base para el cálculo de la participación accionarial que tendrán las refinerías públicas y privadas en la denominada nueva Campsa. En cuanto a los precios directos al consumidor, se dice que se pretenderá "la progresiva eliminación de subvenciones directas al consumo, la supresión de productos innecesarios y el cambio de especificaciones de otros".
Respecto a la integración vertical de las empresas de refino, el dato más llamativo, no mencionado en el protocolo de la nueva Campsa, se refiere a la estructura financiera de la empresa de distribución de productos, que el PEN menciona que sea "fuerte, donde los recursos ajenos no superen el 20% de su pasivo total". "La nueva sociedad estará obligada a un fuerte proceso inversor en automatización e implantación de redes comerciales y simultáneamente tendrá que adquirir en forma gradual los activos circulantes imprescindibles para el desarrollo de su actividad ( ... ), a los que habrá que añadir la serie de ampliaciones de capital necesarias para conseguir la estructura financiera inicial mencionada".
En cuanto a instalaciones, y pese a señalar que el subsector está sobredimensionado, el PEN establece que se mantendrán los procesos de inversión en curso, por estar muy adelantados", completándose éstos con otros de actuación en la obtención de productos de la gama media, concretamente algunos tipos de gasóleo, producto para el que se recomienda, después de 1986, una modificación de su fiscalidad. Se mantienen, pues, las unidades FCC en construcción y los visbreaker de EMP en Cartagena (1,6 millones de toneladas), Tarragona (1,6), Petronor- Bilbao (2 millones) y Cepsa-Algeciras (1,8), así como la unidad de coker de Petroliber-La Coruña (0,75).
El documento se refiere a la nueva politica en exploración y prospección -se fuerza a la nueva Campsa a invertir el 15% de sus beneficios en esta actividad-, iniciativas concretas en la política de compras y abastecimiento de crudos, así como el inicio de gestiones para la compra de reservas probadas de crudo en el extranjero.
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