Bettino Craxi renuncia a presentar un voto de confianza ante el Parlamento
La dura batalla que el Gobierno de Bettino Craxi estaba librando estos días contra una campaña que llevó al primer Gobierno presidido por un socialista al borde de la crisis tras sólo seis meses de vida, ha acabado con una tregua. El Gobierno ha desechado la idea, ya anunciada, de pedir un voto de confianza en el Parlamento para permitir la aprobación de la ley sobre el perdón de los abusos cometidos en el ramo de la construcción, bajo una pena pecuniaria que habría dado a las arcas del estado 50.000 millones de pesetas.Craxi ha conseguido un acuerdo in extremis con los tres grandes gremios sindicales CGIL, CISL y UIL para que sigan negociando con el Gobierno y los empresarios para alcanzar un nuevo pacto social.
También se ha buscado una tregua para la Radiotelevisión Italiana (RAI), cuyo Consejo de Administración no ha podido ser reelegido, tras ocho meses de espera, por las divergencias políticas existentes dentro de la misma mayoría de Gobierno. Se está estudiando el modo de paralizar los nombramientos para poder, mientras tanto, aprobar una nueva ley sobre la RAI.
Todo ello para dar tiempo a que se celebre el congreso nacional democristiano, que tendrá lugar a finales de este mes, y de cuyo resultado podrán depender muchas cosas, entre ellas la misma supervivencía del Gobierno de Bettino Craxi.
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