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Huelga generalizada en el metal del País Vasco en contra de las rescisiones de empleo y de la política de reconversión

Prácticamente total puede considerarse el paro registrado ayer en las empresas del sector metalúrgico de Vizcaya y Guipúzcoa, así como de algunas comarcas de Álava, siguiendo el llamamiento de las centrales ELA-STV, CC OO y UGT, en contra de la forma en que se está llevando a caho la reconversión industrial y de las rescisiones de empleo. La acción de piquetes fue decisiva para la extensión del paro a otros sectores, incluyendo comercio, banca y enseñanza, que fueron cerrando a lo largo de la jornada, en el casco viejo de Bilbao y numerosas localidades guipuzcoanas, incluyendo la capital. Herri Batasuna, el sindicato abertzale LAB y otros colectivos políticos y sindicales de la izquierda radical habían llamado a extender la huelga a todos los sectores.

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A última hora de la tarde, una manifestación en la que participaron unas 15.000 personas recorrió las calles de Bilbao tras una pancarta con el lema Reestructuración, reindustrialización, sí; rescisiones, no. Los integrantes de la manifestación se dividían, prácticamente a partes iguales, entre los simpatizantes de centrales y partidos mayoritarios que habían apoyado la convocatoria y los de las organizaciones radicales que también se sumaron a la misma. En San Sebastián, unas 500 personas se manifestaron por la tarde, con gritos contra la política de reindustrialización del Gobierno y de apoyo a ETA militar.Las centrales, mayoritarias habían convocado la movilización como respuesta a la forma concreta como se ha iniciado en Euskadi la reconversión industrial en sectores como el de construcción naval y metalúrgico, y en particular contra las rescisiones de contrato y jubilaciones anticipadas puestas en práctica, en el marco del plan de reestructuración de las empresas integradas en Aceriales, y que afecta a 1.776 trabajadores.

En la localidad alavesa de Llodio la huelga afectó también a los comercios, oficinas bancarias y entidades oficiales, incluyendo el ayuntamiento. También se registraron paros en Amurrio y en algunas de las principales empresas metalúrgicas de Vitoria, produciéndose algunos enfrentamientos entre manifestantes y policías en el centro de la capital.

En ambas márgenes de la ría del Nervión, unos 25.000 trabajadores de las empresas metalúrgicas pararon desde primeras horas de la mañana, sumándose posteriormente numerosos talleres y fábricas pequeñas. En Sestao, unos 1.500 trabajadores participaron en una manifestación. Los comercios del centro estaban cerrando a esa hora, al igual que los de varios barrios de Baracaldo. Unas 700 personas se manifestaron en Basauri, en cuya zona el paro fue también casi total.

Paralizado el transporte

En Bilbao pararon las empresas grandes del metal, y la acción de piquetes, en particular en el casco viejo, fue decisiva en el cierre de comercios a partir de media mañana. El tráfico de cercanías por vía férrea entre la capital y Orduña quedó paralizado desde las ocho de la mañana, tras haberse recibido una amenaza de bomba en la estación del Norte. Tampoco circularon los autobuses, al suspender el servicio la compañía poco después de ser incendiado un vehículo en el barrio de Luchana y apedreado otro en Ocharcoaga. Diversas interrupciones de carreteras por cruce de vehículos y barricadas dificultaron la circulación rodada en las vías de acceso a Bilbao. También hubo paros en la universidad, ikastolas y numerosos institutos.

Las tres centrales convocantes consideraron que la huelga había sido seguida por más del 95% de los trabajadores de las empresas del metal, a las que circunscribían su llamamiento. Por su parte, fuentes de la Confederación General de Empresarios cifraron en un 30% de la población laboral la participación espontánea en la huelga, atribuyendo a, la influencia de piquetes la extertsión de la misma.

Las ejectitivas del metal de CC OO, UGT y ELA-STV acordaron, por otra parte, prolongar una semana más el paro de las empresas de Aceriales iniciado el pasado día 23, y anunciaron nuevas manifestaciones, en Bilbao y San Sebastián, el próximo día 10.

La actividad industrial quedó ayer prácticamente paralizada en Guipúzcoa a consecuencia de la huelga del metal, sector que emplea unos 60.000 trabajadores, un tercio de la población laboral de la provincia, informa José Luis Barbería. El paro se extendió a los transportes, servicios y enseñanza, en parte a causa de la labor de los piquetes de huelguistas que desde primeras horas de la mañana bloquearon las carreteras y las vías férreas con barricadas y forzaron al paro general en determinadas localidades, como Hernani, Pasajes y Rentería.

El cierre de comercios y bares fue incrementándose a lo largo del día hasta paralizar totalmente la actividad en localidades guipuzcoanas de la comarca del alto Deva, algunas de las cuales se encontraban a última hora de la tarde incomunicadas por carretera. La nacional I y la autopista que enlaza con la frontera -de Irún permanecieron bloqueadas, igual que el tráfico de trenes y autobuses urbanos, por la labor de los grupos de huelguistas, organizados en piquetes, que en algunos casos obligaron a los camioneros a cruzar sus vehículos y a entregarles Ias llaves, mientras otros prendieron fuego a varias furgonetas.

Los cerca de 2.400 trabajadores de Laminaciones de Lesaca (Navarra) secundaron ayer la huelga. La plantilla de Super Ser también secundó el llamamiento, informa Carmelo C. Ridruejo. En Barcelona, delegados de UGT se concentraron en los locales de la AISS para protestar por los depidos a causa de la reconversión.

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