Felipe González hace un llamamiento a la Europa democrática para que aúne sus esfuerzos en la lucha contra el terrorismo
FELICIANO FIDALGO, ENVIADO ESPECIAL, Felipe González se dirigió ayer por primera vez al Consejo de Europa enn su calidad de jefe del Gobierno español (ya lo había hecho en 1977 como secretario general del PSOE) para manifestar su deseo de que se establezca una mayor colaboración internacional en la lucha antiterrorista, reiterar la "decidida voluntad española de integración en Europa", anunciar un pronto establecimiento de relaciones entre España e Israel y recalcar ampliamente la proyección iberoamericana del desarrollo económico-polítíco español. Asimismo, el jefe del Gobierno español. propuso la celebración de una conferencia gubernamental para encarar el problema del paro juvenil, ya que "el futuro de la democracia reside en la juventud".
El presidente español causó la impresión de un decidido hombre de Estado a lo largo de su intensa jórnada en el foro europeo, donde pronunció un discurso y contestó a preguntas de los miembros participantes en la Asamblea Parlamentaria de este veterano organismo, integrado por 21 países democráticos.El hemiciclo estaba abarrotado cuando González se dirigió. a la asamblea, que le aplaudió en varias ocasiones. El presidente español, en un discurso muy político, entró en materia, rápida y simplemente. "En el pueblo español ya no existe el mismo entusiasmo que hace seis años" cuando se hablaba de entrar en la CEE, afirmó Felipe González, pero confirmó que "estamos tan decididos como el primer día" a participar en la construcción europea, tarea perfectamente compatible con "la proyección mediterránea y americana de España". En su opinión, el año 1984 será decisivo para la adhesión española, que "espero quede consumada el 1 de enero de 1986".
La intervención de González constituyó una profunda afirmación democrática. Pero la garantía de "la libertad y de la democracia", recordó, no debe hacer olvidar que "hay que defenderlas." Así entró en el tema del terrorismo, del que nadie debe sentirse al margen, por lo que "es absolutamente necesario que los países democráticos de Europa occidental respon dan a esta amenaza común mediante una acción firme, concertada y solidaria". El presidente español evocó la colaboración franco-española antiterrorista para manifestur "mi deseo y la esperanza de que aumente".
Al insistir en la cuestión terrorista, González afrontó el delicado tema de los límites de la información sobre la misma, estimando que "la publicidad es uno de los instrumentos ole los terroristas. Reconoció, no obstante, que la desinformación sobre la violencia puede lesionar la libertad de expresión y que esa libertad debe controlarse cuando se llegue a la frontera de la, apología del terrorismo, límite que deben valorar las apreciaciones del magistrado. En todo caso, "el Gobierno no, caerá en la cobardía intelectual de no defender la democracia". En su discurso, insistió varias veces en la necesaria apertura de Europa hacia el mundo y, en particular, hacia Latinoamérica, haciendo hincapié en la importancia del grupo de Contadora.
Al abordar el tema de las relaciones España-Israel, en respuesta a diversas preguntas de los parlamentarios, afirmó su convencímiento de que no hay que ligar este asunto con el "interés que le presta nuestro país a la solución del conflicto de Oriente Próximo" y dijo que era ole esperar que "en breve haya un establecimiento de relaciones con Israel.
González rindió homenaje a la labor del Consejo de Europa por su empeño redoblado en favor de las libertades y de los derechos humanos, y de manera especial, encomió la tarea que realizó al frente de la
Asamblea Parlamentaria del Con sejo el ex ministro español José María de Areilza. Durante los dos últimos días precisamente, el también ex ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, presentó en el foro europeo su programa político a los veintiuno con el fin de competir como aspirante a la secretaría general del Consejo de Europa. Todo indica aquí que el político vasco será elegido. González, en una vertiginosa conferencia de prensa, después del almuerzo, declaró que apoyaba y defendía la candidatura de Oreja, sin restricción alguna, "porque lo merece".
Aseguró el presidente que durante su estancia en la capital alsaciana no había sido objeto de amenaza alguna. La pregunta sobre esta cuestión fue provocada por un incidente tragicórnico del viaje de Felipe González a Estrasburgo: un grupo de periodistas españoles escuchó en un restaurante la conversación de dos o tres personas entre las que se encontraba un vasco francés, con boina, que parece ser que incluso pronunció los nombres de González y de Oreja.
El hecho bastó para que se coligiera: "La policía francesa teme que el etarra Txomin, huido de su confinamiento en Tours, se encuentre en Estrasburgo para matar a González".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.