Indignación y consternación en el Ejército, al tiempo que sus mandos mantienen la serenidad

El jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, teniente general José María Sáenz de Tejada, manifestó a última hora de la noche de ayer, en relación con el asesinato del general Quintana Lacaci, que "se atenta contra toda España". "En el Ejército se ha producido un dolor profundísimo, pero es una institución serena y existe una normalidad total", agregó.

Sáenz de Tejada, que fue jefe del Estado Mayor de la I Región Militar (Madrid) cuando al frente de la misma estaba Quintana, señaló: "Para mí ha supuesto un golpe muy fuerte, porque le tenía un afecto especialísimo".El ministro de Defensa, Narcís Serra, quien se desplazó de Barcelona tras conocer el suceso, manifestó a su llegada a Madrid que "estamos ante otro asesinato brutal, e incluso yo diría. que cruel". "Se han cebado en tina persona que no tenía ninguna protección". Refiriéndose a la reacción registra da en el ámbito militar, el ministro señaló: "Seguramente han reaccionado con el dolor que corresponde a este hecho, pero con disciplina y uniéndose todos, como sucede cuando nos hieren a la familia militar".

Serra acudió en Madrid al hospital militar Generalísimo Franco, para visitar a la esposa de Quintana, María Elena Ramos, herida en el atentado. Al hospital también acudieron los reyes, los miembros de la Junta de Jefes de Estado Mayor y el capitán general de Madrid, entre otras autoridades.

El jefe de la División Acorazada, general de división Prudencio Pedrosa, vecino y gran amigo de Quintana -"nuestras mujeres son las dos de Oviedo y también son íntimas amigas- declaró: "Como todo el mundo, estoy consternado. Era un buen jefe, buen. compañero y buen amigo". Preguntado si los jefes militares habían sido advertidos estos días sobre un posible atentado, Pedrosa, que fue uno de: los primeros en acudir al lugar del crimen, dijo: "Advertidos estamos siempre".

El capitán general de la III Región Militar (Valencia), teniente general Manuel Vallespín, declaró a Efe que el asesinato había supuesto para él "una dolorosa sorpresa y, al mismo tiempo, una gran. indignación".

El capitán general de la VII Región (Valladolid), teniente general Ricardo Rivas, calificó, el atentado de "vil asesinato". El de la V Región (Zaragoza), Manuel Álvarez Zalba, lo définió como "una canallada", y el de Canarias, José Pérez-Íñigo, habló de "indignación y gran pena".

Otros jefes militares, que a lo largo de la tarde acudieron al Instituto Anatómico Forense se expresaron en términos similares. El gobernador militar de Madrid, Antonio Eleta, dijo que Quintana "ha muerto como un soldado: con las botas puestas y en gracia de Dios". El ex jefe del Estado Mayor del Ejército general Ramón Ascanio, amigo de la víctima, dijo que el asesinato ha supuesto "una gran pérdida para nosotros y para las Fuerzas Armadas".

Algunos compañeros de Quintana comentaron ayer que el general asesinado había recibido amenazas en los últimos meses. Alfonso Estévez, sobrino de la víctima, recordó que Quintana había recibido numerosas amenazas cuando era capitán general de Madrid, pero no después.