Los bancos y las cajas de ahorro suscribirán todos los pagarés de la subasta extraordinaria

y S. A.La Dirección General del Tesoro realizará el próximo día 30 de este mes una subasta extraordinaria de pagarés con el objetivo de proceder a la sustitución de los actuales certificados de regulación monetaria (CIZM) por pagarés a un año de amortización. La práctica totalidad de los bancos nacionales y extranjeros y un buen número de cajas de ahorro han llegado al acuerdo de suscribir estos pagarés hasta un importe igual al 10% de su pasivo computable. Así lo confirmó anoche en un comunicado la patrenal bancaria. En estos momentos los bancos y cajas de ahorro tienen en su activo un total de 1,6 billones de pesetas en certificados de regulación monetaría cuya fecha máxima de vencimiento es el 2 5 de abril. El Tesoro tendrá que emitir, durante 1984, un total de 3,5 billones de pesetas en pagarés para hacer frente a esta sustitución, para renegociar los existentes y para conseguir la financiación, prevista en los Presupuestos.

La subasta, extraordinaria presenta la novedad de ofrecer fechas distintas de emisión de los pagarés para facilitar la sustitución que ahora se inicia. Para poder concurrir se tienen que ofrecer cantidades superiores a los 100 millones de pesetas, lo que limita la participación a las instituciones financieras, y se debe proponer un tipo de interés concreto al que se estaría dispuesto a adquirir pagarés.

Por su parte, Europa Press informó anoche que el Banco de España y la Asociación Española de la Banca (AEB) han alcanzado el compromiso, de que en los próximos meses las entidades de crédito coloquen en pagarés, a un tipo de interés del 15,767%, el 10% de sus depósitos. Poco después la misma agencia difundía un comunicado de la patronal bancaria, según el cual la sustitución de certificados de regulación por pagarés -primero con la subasta especial y luego por el citado 10% qué se incluirá en la modificación de los coeficientes de inversión obligatoría- "no supone ningún drenaje adicional de fondos y, por lo tanto, no tiene que producir, por ella misma, ningún reflejo en el mercado del crédito".

La decisión de la Administración de sustituir los CRM por pagarés del Tesoro obedece a razones de ortodoxia financiera, y a que estos últimos tienen un tipo de interés claramente por debajo de los CRM, lo que abarata sensiblemente los costes financieros que tiene que soportar la Administración.

Recurso al ahorro privado

La mayoría de los bancos y cajas de ahorros han decidido participar en la subasta para facilitar a la Administración el periodo existente entre la actualidad y el momento en que entre en vigor el nuevo coeficiente de inversión obligatoria. La Administración ha anunciado la intención de que 10 puntos de este nuevo coeficiente se cubra mediante instrumentos de regulación monetaria. En la actualidad ya hay que hacerlo en 3,5 puntos. El resto es lo que la banca y las cajas de ahorro han aceptado sustituir voluntariamente por pagarés hasta que lo puedan computar dentro de coeficientes.

Los medios financieros privados estudian en estos momentos la conveniencia de encargar a un único intermediario -podría ser el propio Banco de España- que sea él quien acuda en su nombre a la subasta, pujando por la totalidad de los pagarés y que los vaya cediendo posteriormente a las entidades privadas en la misma medida en que a ellas les vayan venciendo los certificados de regulación monetaria.

La Administración, al margen de las subastas extraordinarias de pagarés como la que se celebrará el próximo día 30 de enero, seguirá convocando subastas quincenales con el objetivo de que, a finales de año, el saldo neto de pagarés en manos del público crezca en 450.000 millones de pesetas más.

Para conseguir este objetivo es necesario vender pagarés por valor de 1,8 billones de pesetas, ya que a lo largo de 1984 vence la totalidad de títulos que se emitieron el año pasado y que superaron los 1,133 billones de pesetas, y a ello hay que añadir el pago de los intereses devengados por estos títulos.

La Dirección General del Tesoro considera que durante 1983 ha conseguido el objetivo de que el público acuda a las subastas quincenales, ya que en la actualidad los ahorradores privados tienen en su poder un total de pagarés que totalizan 450.000 millones de pesetas. Las previsiones para 1984 se concretan en que su participación aumenten en otros 200.000 millones de pesetas adicionales, corriendo el resto de las adquísiciónes a cargo de las instituciones financieras.