Morán conversó en Argel sobre el contrato del gas y acerca de la situación política en el Magreb
Los ministros de Asuntos Exteriores de España y Argelia, Fernando Morán y Ahmed Taleb Ibrahimi, decidieron ayer "continuar las discusiones política y técnicamente" tras la reunión que ambos mantuvieron en la capital de Argelia. En las conversaciones entre ambos países se intenta encontrar una salida al conflicto del gas licuado argelino, que, por contrato firmado en 1975, alcanza a los 4,5 millones de metros cúbicos y que el Gobierno español desea renegociar. Fernando Morán regresó a Madrid en la tarde de ayer, y mañana viajará a Marruecos, donde se encontrará con su colega marroquí. Las negociaciones, en las que participó el ministro argelino de Energía, Nabi Belkacem, contemplaron otras cuestiones políticas concernientes al Magreb, sobre las cuales no se hizo precisión oficial alguna.Las conversaciones sobre un nuevo contrato de aprovisionamiento de gas quedaron bloqueadas el pasado mes de octubre, tras la visita del secretario general de la Energía, Martín Gallego, y la directora general de Energía, Carmen Mestre, que llevaron a Argel una propuesta consistente en la aceptación del llamado precio francés del gas natural -más elevado que el que figura en el acuerdo con España de 1,975-, la disminución de 45.000 a 15.000 millones de termias anuales, en las cantidades a retirar y el pago de 54 millones de dólares (unos 8.500 millones de pesetas) en concepto de indemnización única y final por el incumplimiento de la cláusula take or pay ("tome o pague") del contrato actualmente en vigor.
La medida, propuesta por el ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga, no fue bien aceptada en Argelia, que inició una política de entorpecimiento burocrático de las relaciones comerciales entre los dos países. Argelia defendió a partir de la propuesta una globalización de las negociaciones en la que fueran. considerados factores comerciales, económicos y financieros. Esta tesis no gustó al Ministerio de Industria, que consideró que las relaciones sobre el gas natural deben analizarse desde una perspectiva exclusivamente energética.
A principios de enero, la Empresa Nacional de Gas (Enagas) adoptó medidas de precaución ante la velada amenaza de Argel de suspender las entregas de gas natural a España. Se preveía esos días una supuesta represalia contra empresas españolas que operan en aquel país, lo que habría degenerado en una guerra comercial, con una posible solicitud de arbitraje internacional.
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