Airadas protestas de vecinos de Zaragoza contra la instalación en sus barrios de personas de raza gitana
La oposición de los vecinos del polígono de Actuación Urgente (Actur), de Zaragoza, a que se instalen 36 casas prefabricadas para gitanos, en unos terrenos que, según ellos, son zona verde, se ha radicalizado con manifestaciones y concentraciones este fin de semana. Los vecinos han decidido vigilar los terrenos, en turnos de día y noche, para que no se inicien las obras. Por otra parte, en la noche del sábado unos 50 gitanos asaltaron y destrozaron un palacete del siglo XIX, ubicado cerca del poblado construido para ellos por la Comisión de Erradicación del Chabolismo
El sábado por la noche, pese a la prohibición del gobernador civil de que se manifestaran fuera del polígono, cerca de la mitad de los 2.000 vecinos que previamente se habían concentrado en el Actur recorrieron las calles céntricas de la ciudad, cortando el tráfico, lo cual motivó la intervención de la Policía Nacional, con un gran despliegue de medios.Las protestas continuaron ayer, en un ambiente radicalizado al haber fracasado prácticamente las conversaciones entre los vecinos y la comisión; se teme que surjan enfrentamientos -ya los hubo, aunque sólo verbales- entre gitanos y payos, pese al llamamiento al diálogo y la conciliación realizado por la citada comisión, de la que forman parte el ayuntamiento, la diputación provincial, el MOPU, el arzobispado, Cáritas y la Asociación de Promoción Gitana.
Los vecinos han realizado concentraciones, algunas de más de 2.000 personas, en los terrenos destinados a las casas de madera, donde, de forma simbólica, plantaron macetas, reivindicando así su reconversión en zona verde; han protagonizado manifestaciones con cortes de tráfico, y, por la noche, caravanas de coches recorren el centro. de la ciudad haciendo sonar de manera estruendosa sus bocinas.
El gobernador civil prohibió este tipo de manifestaciones y la que pretendían realizar los vecinos por calles céntricas de la ciudad el viernes por la noche. El sábado continuaron las protestas con mayor número de participantes, ya que a los vecinos del Actur se les sumaron algunos de La Almozara, barrio separado por un puente sobre el Ebro del lugar destinado a las viviendas prefabricadas.
En la ciudad han aparecido pintadas firmadas por payos, con textos como éste: "Contra el gitano, lucha por tus derechos". Los gitanos también han expresado su protesta concentrándose ante el ayuntamiento el día en que representantes de los vecinos y de la comisión celebraron una reunión, a la que no se les permitió asistir. En esta concentración los gitanos portaban una pancarta con el texto: "Somos vecinos como los demás, derecho a la vivienda y a vivir con dignidad, no al racismo".
El problema surgió al tener que abandonar sus chabolas 36 familias gitanas, en su mayoría afincadas en Zaragoza desde hace 30 años, ya que el solar donde están ubicadas sus viviendas, en el polígono Actur, está destinado a construir servicios para la zona. De forma provisional se pensó instalarles en barracones de madera, pero siempre ha habido oposición de los vecinos allí donde se ha intentado la instalación.
La Comisión para la Erradicación del Chabolismo, en un comunicado hecho público, señala que "el solar elegido, después de agotar todas las posibilidades, se halla fuera de los límites del polígono Actur, siendo usado, en gran parte, como escombrera" Añade que "se ha elegido el lugar tratando de conciliar al máximo los derechos de todas las partes implicadas en este asunto".
Asalto a la Quinta Julieta
El sábado por la noche, unos 50 gitanos entraron en un palacete de la Quinta Julieta, próximo al poblado construido para ellos por la Comisión de Erradicación del Chabolismo, arrasándolo y destruyendo elementos de valor artístico. Los asaltantes entraron en el edificio tras romper con picos y hachas las verjas del palacete, del siglo XIX, representativo del romanticismo, propiedad de los jesuitas y que albergaba muebles y objetos de gran valor. Todo fue lanzado por las ventanas desde el segundo piso, e incluso arrancaron la instalación eléctrica, los lavabos, tejas y piedras de los torreones y destruyeron algunas de las almenas.Las religiosas que regentan la casa de ejercicios de los jesuitas, contigua al palacete asaltado, llamaron a la Policía Municipal, que acudió hasta cuatro veces a lo largo de la tarde, pero, tan pronto como desaparecían las dotaciones policiales, se reanudaba la actividad por parte de los gitanos. Un vecino llamó al 091, y al poco tiempo acudió una dotación de la Policía Nacional, que sorprendió en el interior a varios gitanos, de los cuales fueron detenidos cuatro, entre ellos a una mujer y un menor. Fuentes policiales no relacionan lo sucedido con el conflicto de la instalación de las casas prefabricadas para los gitanos.
