Virtual estado de excepción en las principales ciudades del norte de Marruecos

Viene de la primera página

Una preocupación que ha surgido ahora en los medios de la oposición al socaire de estos disturbios es el temor de que, debido a los acontecimientos, se pueda poner en tela de juicio la celebración de elecciones generales, para las que la campaña debe comenzar dentro de un mes o mes y medio como máximo. Antes de los disturbios, y a finales de 1983, el rey Hassan II había prometido que el nuevo Parlamento salido de las elecciones de 1984 entraría en funciones el segundo viernes del próximo mes de abril.

El fin de semana ha dado lugar a que se hagan balances y análisis oficiosos de lo ocurrido. Dos tipos de acontecimientos aparecen claramente diferenciados: las huelgas y manifestaciones estudiantiles, que prácticamente han remitido, y los graves sucesos de Nador y Tetuán, derivados de la decisión gubernamental de imponer como medio de lucha contra el contrabando una tasa de salida de Marruecos de 500 dirhams (10.000 pesetas), medida que afecta a la mayoría de la población de ambas localidades.

El contrabando hacia esas dos ciudades desde Ceuta y Melilla -la primera está a unos 40 kílómetros de Tetuán, y la segunda, a 14 de Nador- daba prácticamente un medio de vida a las poblaciones de ambas y a las regiones vecinas. La. tasa de salida afectó y afecta seriamente a ese tráfico que en la mayoría de los casos se llevaba ¡a cabo para beneficios diarios inferiores a la propia tasa de salida.

Los hechos concretos de la represión en Nador son ya bastante conocidos, con un helicóptero abriendo fuego sobre manifestantes. En Tetuán fue destrozado prácticamente el centro de la ciudad y dañada la mayoría de los coches, sobre todo los de lujo. Numerosos comercios han sido saqueados, fue quemada una comisaría de policía y dañado el edificio del Tribunal de Primera Instancia., cercano al consulado de España.

Las universidades y colegios de Tetuán permanecían ayer cerrados, todos los comercios mantenían sus c¡erres bajados y la población se hallaba literalmente encerrada en sus casas y sin atreverse a salir a unas calles en donde continuaban oyéndose disparos. Desde el barrio de Málaga, el más pobre de la ciudad, salieron ayer, y en días anteriores, manifestaciones que fueron duramente reprimidas y contra las cuales las fuerzas de orden no dudaron en disparar. Las consignas que gritaban los manifestantes se referían a las alzas de precios; en particular, la de las bombonas de butano.

Según algunos testigos presenciales, dos cadáveres yacían en la noche del viernes y ayer por la mañana en el bulevar Mohamed V de la ciudad.

EL PAIS ha podido confirmar la detención del líder integrista musulmán Abdessalam Yassine; pero ésta, que tuvo lugar a principios de mes, antes del estallido de los disturbios, no parece estar relacionada con ellos, y en cualquier caso la influencia de Yassine en los medios integristas es actualmente reducida.

Por el contrario, sí está relacionada con la distribución de octavillas antimonárquicas en Casablanca y Rabat la detención de numerosos líderes integristas que pertenecen mayoritariamente a la Juventud Islámica, que dirige Moti, prófugo a quien la justicia marroquí quiere juzgar por su presunta participación en 1975 en el asesinato del líder sindical socialista Omar Benyellumn. Moti emigró a Arabia Saudí, pero a raíz de otros incidentes ocurridos en aquel país se trasladó a Libia.

Evitar nuevas alzas

La gran preocupación y lo que mantiene latente el estado de tensión es el convencimiento generalizado de que en las próximas semanas se producirán nuevas alzas de precios como resultado de lo que parece inevitable: la eliminación de la caja de compensación de los productos básicos de primera necesidad.

Los socialistas, que ahora cuentan con dos ministros en el actual Gobierno transitorio, afirman haber recomendado al primer ministro que no elimine esas subvenciones. En caso contrario, dicen, se crearía una situación, absolutamente insoportable para la inmensa mayoría del pueblo marroquí, que daría paso a todas las incertidumbres.

Según otras informaciones, el rey Hassan II parece estar de acuerdo con este punto de vista socialista, que implica la disminución en un 10% del presupuesto de funcionamiento de todos los ministerios. Al parecer, el Ministerio de Defensa se ha mostrado dispuesto a aceptar esta reducción. La única dificultad para seguir con estas directrices, socialmente más conciliadoras, reside en el Fondo Monetario Internacional, que aguarda a que Marruecos ponga en práctica sus recomendaciones en materia económica y que aún no ha autorizado a los grandes bancos acreedores de Marruecos a que acepten la reconducción de la deuda privada exterior del país.