La coalición gubernamental israelí se disgrega

La coalición gubernamental israelí que preside Itzhak Shamir se disgrega paulatinamente. Ayer el Gabinete quedó en minoría en tres votaciones sucesivas en el Parlamento. La más importante de estas derrotas se refiere a una moción en la que se pedía un debate sobre la necesidad, por motivos económicos, de congelar la colonización judía en los territorios ocupados.La referida moción no fue planteada por la oposición, sino por dos diputados liberales que forman parte del Likud, coalición mayoritaria en el Gobierno, los cuales exigieron un debate parlamentario sobre el explosivo problema de la colonización israelí en los territorios ocupados.

El Gobierno pidió que tal propuesta fuese borrada del orden del día, pero fue derrotado, ya que cinco miembros de la coalición mayoritaria se pronunciaron a favor de la moción presentada. El ministro sin cartera, que anteriormente ocupó la de Defensa, y diputado gubernamental, Ariel Sharon, se obstinó en permanecer en la cafetería del Parlamento durante la votación, a pesar de las presiones ejercidas por sus colegas del Gabinete. "Sharon ha declarado la guerra al Gobierno del que forma parte. Su mensaje es muy claro: o el primer ministro le da un puesto importante en el Gabinete o Sharon lo hará caer", ha declarado un diputado del Likud. Sharon, antiguo ministro de Defensa, acusa al Gobierno de querer marginarle.

El director general del Instituto de la Seguridad Social acaba de revelar que cerca de medio millón de israelíes viven por debajo del nivel de pobreza. Una cifra que duplica la existente cuando el Likud llegó al poder en 1977.

El ministro de Energía, por su parte, critica duramente al de Finanzas, a quien, según su opinión, "hay que llevar ante los tribunales", mientras el viceprimer ministro, David Levy, no perdona a Shamir que no haya cumplido su promesa de nombrarle ministro de Exteriores y ha desatado una guerra de nervios contra el jefe del Gobierno.

El barco gubernamental, en resumen, hace aguas por todas partes, y la oposición laborista prepara una moción de censura sobre el empobrecimiento de la población y la crisis económica, con la esperanza de hacer caer definitivamente al Gabinete.