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Hassan II inaugura la 'cumbre' islámica en ausencia de los más importantes lideres árabes

El rey Hassan II de Marruecos inauguró ayer en la capital económica del reino, Casablanca, la cumbre islámica, a la cual, finalmente y a pesar de haber sido dejados de lado los principales problemas que dividen a sus miembros, no asisten los líderes árabes más importantes.

El presidente de Siria, Hafez el Assad; el rey Hussein de Jordania, y el presidente libanés, Amin Gemayel, han preferido delegar su participación, eliminando así la posibilidad de que la cumbre pueda llegar a algo más que meras exhortaciones en lo que concierne a Líbano, la resistencia palestina o al conflicto de Oriente Próximo en general.En contra de todas las previsiones y esfuerzos realizados por los marroquíes y el propio rey Hassan II, el jefe de la yamahiriya libia, Muamar el Gadafi, tampoco se ha decidido a efectuar el viaje a Casablanca. Su postura se comprende, pues el líder libio se encuentra en franca oposición con los puntos de vista de la cumbre islámica sobre la mayor parte de los conflictos, ya sea la guerra Irak-Irán, la legitimidad de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y del propio Yasir Arafat, Líbano, Chad y media docena de temas adicionales. La conferencia dio gran respaldo a Arafat al nombrarle vicepresidende de la cumbre.

El presidente argelino, Chadly Benyedid, se encuentra también entre los ausentes, representado solamente por su ministro de Asuntos Exteriores, Taleb Ibrahim. Su ausencia se explica como resultado de un programa de trabajo realmente cargado. Efectivamente, hoy debe nombrar el buró político del partido único Frente de Liberación Nacional y preparar la formación del nuevo Gobierno argelino, que debe tomar posesión en los próximos días.

Parece ser que la cumbre se ocupará fundamentalmente de temas africanos y asiáticos e incidirá poco en los conflictos interárabes. Los países africanos -23 de un total de 45 países miembros de la organización islámica- constituyen la mayoría mejor representada en esta cumbre. El apoyo al pueblo musulmán de Eritrea frente a Etiopía, a los musulmanes de Mazyotte, al pueblo de Afganistán frente a la presencia de las tropas soviéticas, e incluso una referencia solidaria a Namibia y al pueblo surafricano negro no será objeto de ninguna oposición particular.

Marruecos podrá, no obstante, sacar partido de esta ausencia de líderes y temas árabes, y tal vez promocionar un poco sus puntos de vista sobre el conflicto del Sáhara occidental, aprovechando la presencia de la mayor parte de los líderes africanos moderados, a tan sólo cuatro meses de la próxima cumbre de la OUA de Conakry. Para recordar este conflicto en tan sonada ocasión islámica, el Frente Polisario afirmó ayer en Argel que sus fuerzas habían logrado abrir una brecha en el dispositivo instalado en estos días por el Ejército marroquí entre Amgala y Smara.

Ciudad vigilada

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En la puerta de su magnífico palacio de Casablanca, el monarca marroquí recibió ayer a los jefes de Estado asistentes o a sus representantes. El centro de la ciudad permanece estrictamente cerrado al tráfico o tránsito peatonal. Unos 40.000 hombres vigilan cada. palmo de terreno.La cuarta cumbre islámica se prolongará hasta el miércoles o, jueves próximo. En cualquier caso, el aislamiento de las delegaciones de la Prensa y la absoluta imposibilidad para ésta de entrar en contacto con ellas permite que se realice en Casablanca un viejo sueño de todos los organizadores de conclaves como éste: que la información de que se disponga sea estrictamente la incluida en los comunicados oficiales, que, dicho sea de paso, son prácticamente inexistentes.

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