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Reagan, en busca de un nuevo mandato

Si hoy se celebrara la elección presidencial en EE UU, ganaría otra vez el equipo Reagan-Bush. Pero faltan 10 meses hasta el 6 de noviembre para que el elector decida entre la continuidad del equipo del presidente Reagan o prefiera una alternativa con, probablemente, el demócrata Mondale. En cualquier caso, el año electoral ha empezado con un espectacular éxito para el aspirante negro a la candidatura demócrata a la Casa Blanca, el reverendo Jesse Jackson que consiguió en Damasco la liberación del piloto norteamericano Robert Goodman, prisionero de los sirios en Líbano. Fue una gestión que al principio fue desaconsejada por el presidente.

Todo está previsto para que el 29 de este mes el presidente norteamericano, Ronald Reagan, anuncie solemnemente que es candidato a su propia reelección para un mandato de otros cuatro años en la Casa Blanca. Aunque la decisión todavía no es oficial, en Washington funcionan ya los equipos preelectorales para una nueva campaña republicana Reagan-Bush. Desde la oposición, los demócratas buscan todavía su nuevo líder entre ocho pretendientes, entre los que actualmente destaca el ex vicepresidente Walter Mondale.La caravana política comenzará formalmente el 27 de febrero, con el caucus del Iowa, selección a nivel estatal de las preferencias del electorado local. Seguirá hasta junio la ronda de elecciones primarias y caucus en el resto de los 50 Estados de la Unión, hasta que los favoritos sean coronados, en verano, en las respectivas convenciones nacionales de los partidos. En ambas convenciones, la republicana, en Dallas (Tejas), y la demócrata, en San Francisco (California), se consagrarán los dos adversarios en la recta final de la elección presidencial, Congreso y parte del Senado, del martes 6 de noviembre de 1984.

Ronald Reagan sale como virtual favorito gracias a la recuperación de la economía norteamericana. Pero también por la incidencia que tiene sobre las encuestas la estrategia de una política exterior firme,, que sólo puede verse mermada por el deterioro de la situación en Líbano, donde la política de Reagan ha comenzado a sumar víctimas entre los soldados norteamericanos, los primeros muertos en combate desde de Vietnam.

Otro factor de inquietud para los seguidores del presidente Reagan es su edad. Cuando Reagan viaje a New Hampshire, en marzo, para abrir el fuego electoral en la primera elección primaria, contará con 73 años de edad. Para demostrar que el presidente está en forma, los servicios de imagen de la Casa Blanca multiplican las escenas de un Reagan deportivo y en plena forma.

La 'máquina', en marcha

Paul Laxalt, el senador republicano de origen vasco-francés por el Estado de Nevada, fue el jefe de la campaña electoral que en 1980 llevó a Ronald Reagan a una de las victorias presidenciales más sonadas de la historia de EE UU. Reagan venció al presidente demócrata James Carter por 483 votos electorales contra 49. Los demócratas perdieron ambas cámaras, que controlaban desde hacía 30 años. Laxalt, estratega electoral e íntimo amigo personal de Reagan, vuelve ahora a la carga.

Las arcas del partido republicano comienzan a llenarse con contribuciones de todo tipo, y, a pesar de que las leyes federales limitan las aportaciones en fondos, abundan las cenas a 1.000 dólares el cubierto (unas 160.000 pesetas) para, recaudar dinero. Reagan y su esposa, Nancy, enviaron las pasadas Navidades unas 40.000 postales navideñas a las personas que pueden mover las simpatías políticas hacia el partido republicano.

En materia de política interna, es un hecho que Reagan inicia ese año electoral bajo inmejorable perspectiva. Ha logrado reducir la inflación (3,8% de previsiones para 1983; era del 12,4% cuando hace tres años llegó a la Casa Blanca), anunciar un crecimiento económico superior al 5% para 1984 y reducir moderadamente el desempleo al 8,4%. .Sólo inquieta el déficit público, que roza los 200.000 millones de dólares (32 billones de pesetas) anuales. Para los banqueros de Wall Street también es inciertas la profundidad y la duración de una recuperación económica con muchos ribetes de calendario político. Sin embargo, Reagan podrá plantear tranquilamente a los electores la célebre frase que planteó a Carter en su campaña de 1980: "¿Viven hoy los norteamericanos mejor que hace cuatro años?". La mayoría deberá responder que sí, a pesar de las enormes bolsas de pobreza que hay en EE UU, incrementadas en gran medida por la política económica de Reagan.

El factor exterior

Es un hecho que la. política exterior de EE UU tiene sólo una relativa influencia a la hora del voto, si bien crisis graves, como la catástrofe de Vietnam, que contribuyó a la consecución de la victoria del pacifista Carter en 1976, pueden influir en el resultado final.Si Líbano o Centroamérica se convirtieran en otro miniVietnam, su incidencia en las posibilidades de reelección de Ronald Reagan no sería despreciable ni, desde luego, positiva. Tampoco favorece a Reagan la escalada militar ni la radicalización de las relaciones con. la, Unión Soviética, con el consiguiente aumento de armas nucleares en cada bando. Pero no hay que olvidar que la popularidad de Reagan subió después de la invasión de Granada.

Queda el factor edad para un presidente que podría continuar dirigiendo la Casa Blanca hasta -1988; es decir, hasta los 78 años de edad.

Con fotos de Ronald Reagan levantando pesas, en camiseta cortando leña y haciendo gimnasia en los sótanos de la Casa Blanca, el veterano, político explicó los secretos "para mantenerse en forma". Primero, 25 minutos diarios de ejercicios físicos; segundo, mucha actividad al aire libre: cabalgar y cortar troncos son sus deportes favoritos; y tercero, controlar una dieta casi sin sal. Cereales y fruta para el desayuno, sopa y ensalada para el almuerzo (con excepción de los jueves, donde reconoce inclinarse por sus platos favoritos de origen texano-mexicano). Algo de carne, pollo o pescado, y verduras, para la cena.

Para ser un hombre de 72 años, Reagan se recuperó de forma extraordinariamente rápida del atentado del 31 de marzo de 1981, en que resultó herido por una bala a menos de un centímetro del pulmón, disparada por John Hinckley. Desde entonces se incrementaron las medidas de seguridad presidenciales, llegando hasta la iniciativa actual de reforzar todas las entradas de la Casa Blanca, sin excluir la instalación futura de misiles contra atentados aéreos.

Así es Ronald Reagan, un líder de ideas y políticas conservadoras - en quien, según las encuestas, sigue creyendo la mayoría del electorado norteamericano. Si algo le sucediera a Reagan, el partido republicano cuenta con un discreto pero eficaz vicepresidente, George Bush, de 59 años de edad.

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