Los golpistas nigerianos imponen su autoridad en el país sin grandes dificultades
El régimen militar encabezado por el general Mohamed Buhari parece haber impuesto su autoridad sin grandes dificultades en Nigeria, 48 horas después del golpe de Estado que derrocó al régimen civil del presidente Shehu Shagari, informa la agencia France Presse que cita informaciones procedentes de Lagos. Por otro lado, la emisora nigeriana anunció ayer la composición del nuevo Consejo Militar Supremo, integrado por altos mandos castrenses que formaron parte de anteriores regímenes militares.
El nuevo Consejo Militar Supremo está compuesto por el ministro de Defensa, general D. Y. Bali; el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas nigerianas, general Sintia lsiako; el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Ibrahim Babangida; el jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire, mariscal Ibrahim Alfa; el jefe de Estado Mayor de la Marina, comodoro Augustin Aykomo.Los generales Maman Yatsa, Mohamed Magoro, Sanni Abacha, Ola Oni, M. G. Nasko, Y. Y. Kue, el coronel Saliliu Ibrahim y S. N. Iyang han sido nombrados igualmente para formar parte del consejo.
El jefe del Estado, general Mohamed Buhari, aprobó ayer, por otra parte, el nombramiento de M. G. A. E. Longe como secretario del Gobierno Federal Militar, y el de Alhaji Mohamed como inspector general adjunto de la policía. Todos estos nombramientos tienen un efecto inmediato.
Las autoridades militares nigerianas anunciaron ayer que hoy se hará pública la composición del nuevo Gobierno Federal, según informa la agencia Reuter desde Lagos.
Ayer, Buhari leyó un comunicado en el que se advertía severamente a los altos funcionarios civiles contra la corrupción. "Todos aquellos que utilicen mal los fondos del Gobierno serán castigados severamente", señaló Buhari, quien también lanzó otra
advertencia contra los saqueadores que, al parecer, han actuado en algunos puntos del país.
Las comunicaciones a través de télex y teléfono seguían ayer interrumpidas entre Nigeria y el mundo exterior. Las fronteras, los puertos y los aeropuertos estaban igualmente cerrados.
El golpe de Estado parece imponerse sin grandes dificultades en Nigeria y contar, en líneas generales, con una buena acogida de la población.
El hecho de que se hayan registrado pocas resistencias puede explicarse por el hecho de que el golpe de Estado no constituía una verdadera sorpresa. El presidente Shagari estaba aislado de los militares y parecía incapaz de hacer frente al descontento popular engendrado por una crisis económica sin precedentes.
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