Polémica en Portugal por la equiparación de la enseñanza de los seminarios con la estatal
El socilalista Raúl Rego, miembro del Consejo de Estado y diputado, acaba de dirigir al presidente del Parlamento luso, el también socialista Manuel Tito de Morais, una demanda, firmada por varios parlamentarios de la actual mayoría, para suscitar un debate sobre la constitucionalidad de un decreto del Ministerio de Enseñanza que establece la equivalencia entre la enseñanza dispensada en los seminarios de la Iglesia católica y en los colegios del Estado.
No se trata del primer trato de favor otorgado por los gobiernos que se sucedieron en Lisboa desde la revolución de 1974 a la Iglesia portuguesa, que conservó, e incluso reforzó, el poder ejercido durante la dictadura salazarista: hace mucho que la universidad católica goza de la equivalencia de sus diplomas con los de las universidades oficiales (con los mismos títulos, los universitarios formados por la universidad católica tienen preferencia sobre los demás para el acceso a la función pública). El episcopado portugués es propietario de la única emisora privada de radio del país, y un decreto del Gobierno Balsemao abrió, también en favor del patriarcado de Lisboa, una única excepción a la disposición constitucional que reserva al Estado el monopolio de la televisión.Otra disposición del anterior Gobierno de Lisboa, restableció, de hecho, la enseñanza de la religión católica en los colegios del Estado: un simple decreto anuló la medida tomada en 1975 y según la cual la asistencia a las clases de religión era voluntaria y debía ser pedida, por escrito, por los padres o tutores de los alumnos. En la actualidad, la enseñanza religiosa es impartida a todos, y es la dispensa la que debe ser solicitada, por escrito, por los padres.
Tantas facilidades parecen haber convencido a la jerarquía católica portuguesa de que la laicidad del Estado, consagrada por la Constitución lusa, era apenas un lapsus de los diputados constituyentes de 1975, y el cardenal patriarca de Lisboa ha reaccionado con sorprendente dureza a la protesta del diputado socialista. Monseñor Antonio Ribeiro aprovechó el tradicional mensaje de Navidad (difundido por la radio y la televisión estatales) para denunciar a "aquellos que tienen miedo de Cristo y no quieren que él entre en las escuelas y nazca en el corazón de los jóvenes".
La oposición, de derecha, al Gobierno de Mario Soares se ha encargado de dar dimensiones políticas al asunto, presentado como un nuevo episodio de la lucha, con muchos antecedentes en Portugal, entre la Iglesia católica y la masonería, de la que son miembros destacados Raúl Rego y muchos importantes dirigentes del Partido Socialista Portugués.
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