Israel anuncia que "perseguirá a los terroristas allí donde se encuentren"
El Gobierno israelí se ha abstenido, hasta el momento, de formular cualquier comentario sobre el éxodo de Arafat, salvo para repetir, por boca del ministro de Defensa, Moshe Arens, que Israel "continuará atacando a los terroristas donde quiera que éstos se encuentren". En otras palabras, si la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), dirigida por Yasir Arafat, reivindica un nuevo atentado contra la población israelí, el largo brazo de Israel lo perseguirá "cualquiera que sea su lugar de asilo", se asegura en Tel Aviv.Esta amenaza parece más teórica que real, sobre todo si se considera que los seguidores de Arafat defienden el diálogo con Jordania, con cuyo Gobierno están dispuestos a establecer una plataforma común y la profundización de la vía diplomática.
Israel estima, sin embargo, que la vía diplomática de la que habla Arafat está dirigida simplemente a la galería.
En cualquier caso, si Arafat consigue ponerse de acuerdo con el rey Hussein de Jordania sobre un programa común, Israel será inmediatamente forzada por Estados Unidos a "crear un clima favorable a la reanudación del proceso de paz" estiman fuentes solventes de la capital israelí.
El descontento israelí quedaba ayer reflejado en un editorial del periódico Maariv, independiente, nacionalista: "Es inútil decir que las explicaciones de franceses y griegos de que su misión es únicamente un acto humanitario no tiene nada que ver con la verdad. De hecho, ellos han querido salvar a un hombre cuya caída hubiera supuesto el fracaso de la política propalestina de la Comunidad Europea".
Según Yosi Ulmert, comentarista de la radio del Ejército israelí, Arafat sale reforzado de su prueba de fuerza frente a los rebeldes y los sirios. "Esto no suena bien a los oidos israelíes", afirmó, "pero la negativa de Arafat a capitular ante las exigencias sirias, y su salida de Trípoli junto a sus adjuntos Abu Iyad, Abu Jihad, Faruk Kadumi, etcétera, todos ellos jefes históricos de la OLP, ha reforzado considerablemente el prestigio de Arafat y del pueblo palestino en el mundo árabe".
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