La conversión del nacionalismo en partido es una causa de los problemas de Cataluña según Cebrián
"La conversión del nacionalismo catalán en un partido político determinado, cuando los demás partidos catalanes también se confiesan nacionalistas, es, pienso, una de las razones del declive de Cataluña en el terreno intelectual y político", manifestó Juan Luis Cebrián, director de EL PAIS, en su conferencia en el Ateneo de Barcelona sobre El futuro de Cataluña visto desde España, en el marco del ciclo Cataluña, mañana.Cebrián, que insistió en que no quería asumir ninguna representación -"aunque me atrevo a suponer que mis apreciaciones, que son exclusivamente fruto de mi sentido común personal, se corresponden con las de muchos españoles"-, inició su parlamento recordando cómo Cataluña en los años sesenta adquirió un prestigio definitorio en la sociedad española: "Para el estudiante y el intelectual madrileños, Barcelona resultó en gran manera la puerta de entrada de la cultura y las formas de vida europeas". Era el momento, ajuicio de Cebrián, en que empezaba a hacer fortuna en Madrid la tesis de que España era una Nación-Estado con dos capitales. "En resumen, la Cataluña de hace dos décadas era contemplada fuera de ella con actitudes contradictorias, fruto del temor, del respeto y de la envidia". Los años siguientes delinearon posturas progresivamente favorables al sentir catalán y al significado de Cataluña, "actitudes que tienen su fundamento inicial en ese sentido de modernización que sus elites introdujeron en la vida española".
Cebrián señaló a continuación que con la llegada de la democracia se intentó dar respuesta a las ambiciones autonomistas de Cataluña y el País Vasco, "emboscándolas en un Estado de las autonomías". Manifestó que ha existido un gran desconocimiento de la lengua y la cultura catalanas, pero también de su historia, de su geografía y de su incidencia más reciente en la política del Estado. "Este punto resulta decisivo a la hora de analizar los recelos anticatalanistas, basados fundamentalmente en la suposición de que Cataluña representaba y representa un poderío económico en cierta forma colonizador de otras regiones españolas". Y reconoció que la izquierda ha instrumentalizado puntos de vista como éste para la creación del nacionalismo andaluz".
Pero en los años ochenta, según Cebrián, "Cataluña ha dejado de ser la meca cultural de este país, y los de fuera la vemos enroscada sobre sí misma, abotargada de empeños, empequeñecida y como huidiza". En su opinión, es imposible admitir que eso sea sólo el fruto de' una crisis económica, que es general a todo el Estado. "Más bien hay que suponer que se debe a una forma de entender la política y de gobernar a los pueblos en los que falla la conexión con la sociedad a la que sirve".
Cebrián dijo asimismo que se han exacerbado agravios para identificar con el tiempo "la causa de Cataluña con un solo partido y las instituciones", y "la trampa ha sido tan sutil que no estoy seguro exista alguien que se haya liberado por completo de ella". Tras la intervención, hubo algunas quejas por la decisión de los organizadores de no completar la jornada con un coloquio.
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