El refugiado vasco Oñederra repelió a tiros la agresión de los asesinos antes de caer muerto
Varios individuos, armados con pistolas, asesinaron ayer, pasadas las 19.30 horas, en el bar Calette de Bayona, al refugiado vasco Ramón Oñederra Cacho, de 23 años, considerado por la policía francesa como miembro activo de ETA Militar. La víctima, que trabajaba como camarero en el bar donde perdió la vida, cruzó dos disparos con los asesinos antes de ser alcanzado en la cabeza, el pecho y el cuello por cuatro impactos, todos ellos mortales.
El atentado se produce cuatro días después del asesinato en San Sebastián del policía nacional Eduardo Navarro; uno más tarde de que a otro agente le fuera amputado un pie tras una explosión en Lasarte; casi simultáneamente con una cadena de bombas en sucursales bancarias; y una semana después de que los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), autores del secuestro de Segundo Marey, ciudadano español residente en el sur de Francia, amenazara con responder puntualmente a cada acción de ETA. Un autodenominado portavoz de ese grupo afirmó anoche, en llamadas a las agencias France Presse y Efe, que los GAL han sido los autores de la muerte de Oñederra. Este atentado coincide prácticamente con el viaje del presidente Felipe González a París, donde se entrevista hoy con el presidente francés, François Mitterrand.
Entrevista con el alcalde
Hoy mismo, el ministro del Interior francés, Gaston Deferre, se entrevistará en la capital gala con el alcalde de Hendaya, Raphael Lassalette, quien solicitó el encuentro hace dos semanas preocupado por la situación de temor generada entre la población vasco-francesa y por el secuestro de Segundo Marey, quien fue posteriormente liberado.
Los asesinos de Ramón Oñederra, natural de Azcoitia y exiliado en el sur de Francia desde hace seis años, llegaron al bar Caiette, frecuentado habitualmente por refugiados, en un coche cuyas características se desconocen, aunque, según algunos refugiados, se apunta a un modelo español con matrícula NA de Navara.
Estaba solo
Los cuatro hombres penetraron en el bar situado en la calle de Baurnef, situado en el barrio antiguo de Bayona, y empezaron a disparar contra el. refugiado, que se encontraba solo en el establecimiento al haber salido hacía unos minutos del mismo su propietario.
Probablemente Ramón Oñederra fue sorprendido por un primer disparo a bocajarro y, ya herido, intentó enfrentarse a tiros con sus asesinos, que acabarían rematándole antes de huir en el mismo vehículo. El hecho de que la víctima dispusiera de una pistola demuestra que algunos de los vascos residentes en el sur de Francia han adoptado medidas de autoprotección desde la desaparición de dos refugiados hace dos meses.
Varios refugiados aseguraban anoche que Ramón Oñederra recibió amenazas hace casi dos meses y que temía por su vida. Poco después del atentado, unas 150 personas, en su mayoría compañeros de la víctima, se manifestaron por las calles de Bayona pidiendo y obteniendo el cierre de los bares.
Un grupo de refugiados detuvo en uno de los establecimientos a cuatro jóvenes españoles, naturales o residentes en Asturias -que fueron trasladados a la comisaría de Bayona- atribuyéndoles la ejecución del atentado. Como prueba de la acusación, los refugiados argumentaron al comisario que en el coche que utilizaban los detenidos había un escudo pequeño con la bandera española, similar al portado por los policías nacionales.
Para hoy se ha convocado una manifestación en Bayona y las gestoras proamnistía han anunciado una convocatoria similar para mañana en San Sebastian.
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